Despega la consulta

Despega la consulta
Por:
  • Carlos Urdiales

Hoy despega la consulta aeronáutica con destino desconocido. Parece que hay dos rutas posibles, continuar la obra en Texcoco o abortarla, con los costos que implica, y comenzar la construcción de otra en la Base Militar de Santa Lucía, ampliar el de Toluca, conservando el viejo aeródromo Benito Juárez para la eternidad.

A partir de hoy, la consulta popular puede convertirse en el instrumento político que legitime las decisiones, por demás legítimas, de un gobierno que llegará al poder como el más votado de la historia democrática, 30 millones de votos respaldan las determinaciones que Andrés Manuel López Obrador está facultado y obligado a tomar.

Si la consulta informal que despega con las garantías voluntariosas, pero sin menor asepsia metodológica que garantice representatividad nacional y social, con información de última hora, es pretexto para cancelar la obra repudiada por el Presidente electo antes, durante y después de su campaña; el ejercicio ciudadano y partidista, estrellará parte de su sexenio antes de tomar altura.

Si la consulta arroja, que la mayoría votó a favor de Texcoco, dará al futuro mandatario un refugio discursivo para aceptar la voluntad del pueblo por encima de su informada convicción. Entonces la consulta popular podrá volar durante la administración lopezobradorista, tendrá credibilidad y podrá ser utilizada para otros asuntos sobre los cuales López Obrador precise más legitimidad de la que tiene. Todo en aras de esa manera distinta de ejercer el poder conferido.

Donde la consulta que hoy despega aterrice, será la primera decisión de gobierno, de un sexenio que, de facto, nace prematuro y precoz. Las consecuencias de uno u otro destino serán efectos inmediatos. El Presidente electo afirma desde el aire (literal) que nada sucederá, sea la decisión popular que sea, porque a los inversionistas se les respetarán derechos y rentas, bien sea en Texcoco el aterrizaje o desviándose por emergencia política a Santa Lucía-Benito Juárez-Toluca.

La palabra empeñada de Andrés Manuel López Obrador enfrenta serios cuestionamientos. Desde el Nobel de economía 2013, Robert Shiller, que le sugiere no tomar decisiones a lo Donald Trump. El grupo financiero CitiBanamex, que advierte que cancelar Texcoco sería “el error de octubre”, evocando el catastrófico error de diciembre de 1994, que llevo al país a una profunda crisis de liquidez, devaluación y empobrecimiento de millones. Voces autorizadas en el sector, pero fifís para efectos de la 4T.

Pero hoy, la palabra del Presidente electo vale porque tiene 30 millones de votos que dan cuenta de la fe pública de la cual es depositario unipersonalísimo. Donde acabe la consulta, Andrés Manuel López Obrador afirma que nada adverso pasará, todo irá bien.

Es cuestión de cuatro días para conocer qué nos dirán que dijo el pueblo. Entonces sabremos si la garantía política es válida o no. Hechos sin espacio a interpretaciones ideológicas.