Día uno: votos por aquí y por allá

Día uno: votos por aquí y por allá
Por:
  • javier_solorzano_zinser

La consulta sobre la construcción del nuevo aeropuerto está en problemas y todos sabemos que el domingo en la noche será López Obrador quien los destrabe o resuelva, según se quiera ver.

El ejercicio no está siendo del todo práctico. Tiene muchas deficiencias, a lo que se suma que más de alguno le ha querido y podido ver sus limitaciones. Es un ejercicio que se basa en la confianza hacia los ciudadanos.

Se parte de que actuarán cívicamente, por lo que no se van a prestar a ningún tipo de trampas. Se apela a la civilidad ciudadana. Sin embargo, cada vez queda más claro que no está sólo en ellos la decisión.

López Obrador mismo se ha encargado de sesgar el proceso. La decisión, fuere cual fuere, ya está definida por una buena cantidad de intereses, incluso en el caso de que triunfe la opción Santa Lucía no estará exenta de ello.  La obra que apoya el futuro Presidente, inevitablemente, estará  llena  de contratos y acuerdos ante los cuales difícilmente se puede tener un control total.

Lo que ha pasado a lo largo del primer día de consulta en algún sentido era previsible. Unos se dedicaron a ponderar y a hablar maravillas del proceso el cual invita y alienta la participación ciudadana, mientras que, por otra parte, se le han buscado todo tipo de fallas, las cuales le han aparecido.

El hecho que los medios hayan reportado que se pueda votar en diferentes ocasiones en varias casillas, se coloca entre el protagonismo y la denuncia. Estamos ante el espectáculo mediático de ver cuál medio tiene al reportero que más veces ha votado.

Sin embargo, hay también otra forma de ver esto. Se presenta la información como parte de un ejercicio que analiza, critica y anota y no sólo como intento de sabotear o desacreditar la consulta. No dudamos, insistimos, que pueda darse que algunos medios quieran más que informar evidenciar el proceso.

Si un periodista puede hacer esto, la pregunta es qué no podrían hacer y buscar quiénes están detrás de las dos opciones. Con lo que está de por medio, con las filias y fobias tan expuestas, pudiera ser que entremos a un proceso al que se le pierda el control y, sobre todo, la confianza.

Bajo este escenario, los resultados van a terminar por ser cuestionados. López Obrador ha defendido a ultranza el proceso, pero queda la impresión de que no se preguntó sobre la metodología y representatividad de la consulta, suponemos que lo que hizo fue confiar en quienes lo están haciendo, lo que le terminó siendo suficiente.

Si bien para él lo importante es tener un instrumento que le permita legitimar su decisión, tendrá inevitablemente que considerar que la consulta tiene muchos hoyos negros, lo que lo debe  llevar a no necesariamente considerar a la consulta como su único referente para tomar la decisión.

Ayer al reunirse con su equipo reconoció que la consulta tiene errores, entre ellos, poder votar en dos y hasta tres ocasiones. Sin embargo, no pareciera, según declaraciones, haberles inquietado o algo parecido. Aseguraron que hoy estará todo “estabilizado”.

López Obrador quizá no ha analizado y reflexionado a profundidad sobre lo que puede producir la obra en el mediano y largo plazo. Cuando visitó Texcoco hizo saber que no le parecía el proyecto porque consideraba que no debía gastarse tanto dinero en una obra “faraónica”, en un país con tanta “pobreza” y sobre todo después del sismo del “19 de septiembre”.

Tiene en algún sentido razón, pero bajo esta consideración muchas cosas no se harían, además no necesariamente el no hacer este tipo de obras saca a las sociedades de la pobreza.

Lo mejor de lo que está pasando es que los ciudadanos están haciendo de la consulta su tema.

RESQUICIOS.

Facebook tiene a Jair Bolsonaro como virtual presidente de Brasil. Súmele el hartazgo social, la corrupción y las salidas fáciles.