Adiós al Star System

Adiós al Star System
Por:
  • eduardo marin

Desde hace algunos años, la taquilla se ha vuelto impredecible. El famoso Jerry Bruckheimer y otros productores desembolsaron 140 millones de dólares en el filme de ciencia ficción Proyecto Géminis, confiando en la supuesta aureola taquillera de Will Smith, y la película fue un fracaso de taquilla, con recaudaciones menores a 50 millones en EU y un total de 172 millones a nivel mundial; si consideramos que sólo alrededor de un 40 por ciento de los ingresos brutos regresa a los productores (el resto es para distribuidores y las salas de cine), no fue precisamente un buen negocio.

Tampoco lo fue el nuevo Terminator, con el regreso de Arnold Schwarzenegger y una forzada evocación feminista con trío de actrices (Linda Hamilton, Mackenzie Davis y la colombiana Natalia Reyes), producida por la Fox y Paramount, cuyo presupuesto ascendió a 185 millones de dólares, teniendo una recaudación mucho menor a la esperada, de escasos 60 millones en EU. Otro ejemplo, también de este mismo año: la abigarrada aventura espacial Ad Astra, con Brad Pitt, cuyo costo fue de 90 millones y sus ingresos de apenas 50 millones en Estados Unidos, por lo que también lleva números rojos y debe esperar su exhibición en televisión y video para intentar recuperar la inversión.

Ello es reflejo de un fenómeno que se ha dado en los últimos años pero que pocos comentan, a pesar de su relevancia porque representa un cambio en la industria cinematográfica: la agonía del Star System como lo conocemos. Ya no existen actores que sean estrellas de la taquilla, que por sí solas atraigan al público masivo, como ocurría antes. La gente iba al cine a ver a su actor favorito: ese prodigio que fue Shirley Temple y Clark Gable en los 30, Bing Crosby y Gary Cooper en los 40 y 50, Charlton Heston en los 60. El esquema comenzó a cambiar a fines de los 70 cuando George Lucas sorprendió con su visionario talento en Star Wars y luego Spielberg arrasó con E.T. en 1982. Nadie fue a ver estos fenómenos de taquilla por su reparto. Las luminarias se fueron apagando, aunque en las siguientes décadas todavía actores como Tom Cruise, Robin Williams, Will Smith eran garantía. Pero el modelo ya no sería el mismo. Ahora, más que nunca, los verdaderas estrellas del box office son los efectos especiales. No importa el reparto sino la tecnología. De las 10 películas más taquilleras del año, ninguna fue por su elenco, sino por sus efectos visuales.

Uno siente nostalgia por lo ido, y la gente me cuestiona esta teoría mencionando a Cruise. Cierto que a la saga Misión imposible le ha ido bien, pero por la fama de su marca, y en 2021 tendremos la 7ª parte. Pero mucho distaron de ser éxitos otras de sus películas que apostaron fallidamente a su imagen, como Barry Seal, Jack Reacher e incluso La momia.