Juicio político a Trump

Juicio político a Trump
Por:
  • eduardon-columnista

El martes pasado, la presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, anunció el comienzo de una investigación formal que podría derivar en un juicio político en contra de Donald Trump, tras –aparentemente– haber solicitado ayuda extranjera para investigar a Joe Biden –una de las cartas más fuertes para hacerse con la candidatura del Partido Demócrata, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre del próximo año, en las que Trump buscaría la reelección.

Al respecto, habría que remontarse a 2014, cuando Hunter Biden comenzó a formar parte de la junta directiva de Burisma Holdings, una de las compañías de gas natural más grandes e importantes de Ucrania. Dos años más tarde, Joe Biden –padre de Hunter Biden y vicepresidente norteamericano en aquel momento– impulsó una solicitud de su propio gobierno para remover del cargo al entonces fiscal general de Ucrania, quien dirigía una investigación sobre lavado de dinero y actos de corrupción en contra de la gasera.

Tras hacerse pública la transcripción de la conversación telefónica sostenida el pasado 25 de julio entre los dos mandatarios, se sabe que Donald Trump habría condicionado el apoyo de su gobierno a Ucrania en materia de seguridad, a cambio de que el presidente Volodymyr Zelensky reactivara la investigación que involucra a Joe y Hunter Biden con Burisma Holdings.

En este sentido, la alerta por parte de un informante de los servicios de inteligencia norteamericanos se detonó por la condición de quid pro quo, que hace referencia a una situación en la que uno de los involucrados ofrece algo valioso con la intención de recibir algo a cambio, y por el uso de la investidura presidencial para solicitar la intervención de un extranjero con fines electorales, lo cual está prohibido por las leyes estadounidenses.

Independientemente de que se llegue o no al juicio político, el caso podría modificar drásticamente el panorama electoral norteamericano del próximo año, con enormes consecuencias para las aspiraciones reeleccionistas de Donald Trump y sin que Joe Biden salga bien librado tampoco.

Sin embargo, los efectos también son globales, pues es de esperar que la atención de la administración Trump se aboque a salir airoso del tema, por lo que asuntos como la ratificación del T-MEC pasarían a segundo plano. De igual forma, los mercados bursátiles ya recienten la incertidumbre política de Estados Unidos, lo cual en nada abona a su prolongado conflicto comercial con China, a la reducción en dos ocasiones de sus tasas de interés y a las señalas que apuntan hacia una nueva recesión.

Finalmente, es de resaltar el diseño institucional del gobierno norteamericano que, por medio de mecanismos de pesos y contrapesos funcionales y completamente legales, posibilita la generación de alertas por actos cometidos al más alto nivel. Sus consecuencias, en un primer momento, han permitido conocer exactamente la conversación sostenida entre ambos presidentes y, en un caso extremo, podrían derivar en la remoción de quien ostenta el cargo de mayor poder político en el mundo, nada más y nada menos.