Una piedra en la CNDH

Una piedra en la CNDH
Por:
  • el duende

Algo raro está pasando en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que desde noviembre de 2019 encabeza Rosario Piedra Ibarra.

A cuatro meses de asumir el cargo, parece que a su titular los asuntos la están rebasando, y no sólo me refiero a la cantidad de casos que en un país con el flagelo de la violencia se cuentan por centenas, sino al nepotismo que se empieza a respirar dentro de la dependencia.

La Comisión, me cuentan fuentes al interior, se encuentra básicamente detenida por la falta de nombramientos en algunas direcciones generales —antes visitadurías— y por la persistencia de varios funcionarios a quienes pretenden nombrar en puestos clave, pero que no cuentan con el perfil académico ni los blasones para ocupar esos cargos.

A quien le pregunta, Piedra responde con el argumento de que “no tienen el papel de abogacía, pero sí una trayectoria en la materia”.

Para resolver lo anterior, Piedra Ibarra cuenta con que en breve puedan realizar modificaciones legales, o sea y en lenguaje coloquial, “hacerle manita de puerco a la ley” y que esos incondicionales tengan chance de ocupar los cargos que durante años fueron encargados a expertos en la materia. Es decir, les están confeccionando el traje a la medida a sus cuates.

En tanto eso sucede, dentro de la Comisión algunos funcionarios se hacen ojo de hormiga cuando se trata de firmar documentos o realizar diligencias, pues en algunos casos temen que esto les pueda acarrear problemas legales.

Por si no fuera suficiente con eso, los trabajos de capacitación en materia de derechos humanos que se realizaban en distintos lugares del país y a distintas instituciones, se han detenido. En un país donde no respetamos los derechos humanos, su encargada ha determinado que lo mejor es que el organismo público descentralizado, no capacite a nadie.

Por si fuera poco, en medio del escándalo que desató la noticia de que la presidenta de la CNDH se subió el sueldo y este año recibirá 159 mil 227.83 pesos mensuales —otra que gana más que el Presidente López Obrador— a los empleados de bajo rango dentro del organismo autónomo, les quitó bonos, estímulos y reconocimientos.

Y para cerrar, muy pronto habrá noticias desde la propia comisión, sobre el caso Ayotzinapa, básicamente, para alinearse (como era de esperarse) con el discurso de Palacio Nacional.

Mientras eso sucede en la capital, los colectivos de familiares de personas desaparecidas en Veracruz reclaman justicia, y la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Namiko Matsumoto, no pierde oportunidad para defender al exgoberladrón Javier Duarte. A toda costa quiere deslindar a su padrino político de la tragedia y el dolor en la que dejó la entidad. La pregunta es ¿Y así quiere repetir en el cargo? Recordemos que en octubre iniciará el proceso de sucesión.

Regresaréeeeee!!!