El PAN cambia o desaparece

El PAN cambia o desaparece
Por:
  • javier_solorzano_zinser

El PAN nunca volverá a ser lo que fue. El desgaste vivido en los últimos 30 años ha sido el detonante para terminar en su actual deterioro.

Quizá sólo estando donde están, se podrían dar cuenta de lo que hicieron y lo caro que les está saliendo. Están enfrentados, con renuncias de militantes, con elecciones internas cuestionadas y lanzándose todo tipo de culpas y reclamos.

El PAN lleva tiempo contra las cuerdas. La mayoría de sus militantes era consciente de lo que se les venía y poco o nada hicieron para evitar la paulatina caída. No queda claro qué pudieron imaginar para suponer que el proceso de deterioro y la caída se pudieran revertir.

Hicieron a un lado la autocrítica, el análisis, las discusiones y debates que los alertaban de sus principios y objetivos partidistas.

Al PAN le terminó pasando lo que muchas veces los propios panistas decían que podía pasarles. Empezando por aquello que decía el domingo el expanista Felipe Calderón, no vaya a ser que ganemos Los Pinos y perdamos el partido; eso, y otras cosas, fue lo que les vino a pasar.

No es casual que los dos presidentes que ha tenido el PAN, Vicente Fox y Felipe Calderón, ya no sean militantes del partido. Los dos salieron del blanquiazul cuando les dejó de ser útil.

Con Fox quedó claro desde el principio que su postulación era un tema de conveniencias mutuas. Con la forma en que se dio el desenlace de su salida del partido, se vino a confirmar que si bien se había llegado a Los Pinos, no necesariamente se había logrado con un panista de origen e historia partidista.

Aunque el caso de Felipe Calderón corre por otra vía, también confirma el deterioro del partido y el cúmulo de contradicciones, a lo que ha cooperado de manera singular el propio expresidente.

Los panistas le han empezado a reclamar a Calderón su gestión como mandatario, en particular con los temas de seguridad. Lo que llama la atención es el hecho de que hasta ahora se den cuenta del caos que vivimos en la materia desde el 2007. Todo fue provocado bajo la gestión de un gobierno panista y no sólo por al que hasta ahora se atreven a reclamarle. Ésta es una de las causas de su deterioro y derrotas desde el  2012.

El PAN ha perdido un elemento esencial que define al partido en lo interno y ante la sociedad, sin importar el signo político; nos referimos a su autoridad moral. No han sabido modernizarse como partido y sus simpatizantes les están cobrando sus alianzas con el PRI, y la incomprensible que tuvieron en las pasadas elecciones con el PRD.

Lo que pueda pasar en el PAN, a partir de la elección del domingo pasado, tiene una alta dosis de enigma. Primero habrá que conocer qué tanto repercute la renuncia de Felipe Calderón. Junto con la salida de Margarita podría estarse imaginando, entre panistas y quienes han dejado de serlo, una alternativa política partidaria.

Hoy, por lo menos, no vemos cómo pueda presentarse un proceso de este tipo, pero está visto que ante el deterioro del ejercicio del poder, las fuerzas emergentes inesperadamente pueden surgir como una opción. En algún sentido Morena tiene algo de ello, a lo que se suma el gran peso que tiene la sola presencia de López Obrador.

Va a ser de enorme complejidad la recuperación panista. Como hoy se encuentra el partido, no se ve en el mediano plazo. Si su apuesta es el desgaste del futuro gobierno, es una muy mala apuesta.

Se alejaron de sus principios y de los jóvenes; no supieron ser gobierno, no dejan de pelearse internamente sin darse cuenta lo que pasa afuera.

Todo cambió. Si siguen en lo mismo, lo peor que les va a pasar es que van a dejar de caber en el país.

RESQUICIOS.

En medio del cúmulo de contradicciones y la desinformación que rodea al conflicto en San Juanico, queda en evidencia la compleja relación entre vecinos y policías, los cada vez más frecuentes casos de justicia por propia mano, y la probable relación entre ciudadanos y delincuentes, en algunas colonias.