El Versalles del XXI

El Versalles del XXI
Por:
  • gabriel-morales

Hace pocos meses Rusia, Irán, Turquía y el gobierno sirio se sentaron, a la usanza de los tiempos del Tratado de Versalles, a dividir la Siria de la posguerra entre los cuatro. Los puertos y el patronazgo para Rusia; el sur (la frontera norte con Israel) para Irán, las principales ciudades y el Este para Assad, y el control del norte (donde hay presencia kurda) para Turquía.

Para completar la misión había que superar algunos obstáculos. El primer paso fue lanzar una ofensiva contra los rebeldes y el Estado Islámico donde con ayuda de aviones rusos consiguieron reducir la oposición siria a casi prácticamente nada y encerrar geográficamente a los pocos rebeldes que había. Quedaban entonces los kurdos en el norte, a los que los turcos se ofrecieron a eliminar con una ofensiva militar.

Sin embargo, enfrentarse a los kurdos significaba enfrentarse también a 2 mil tropas estado

unidenses en el área, que han entrenado y apoyado a los kurdos por años.

El día de ayer, les llegó un regalo del cielo del aliado más inesperado, aunque ahora convertido en el más fiel. El presidente Trump decidió, a pesar de la oposición de su secretario de Defensa y de casi todo el cuerpo militar, retirar lo más rápido posible a las tropas estadounidenses de Siria, declarando así a Rusia e Irán los patrones del área. La decisión de Trump es un duro golpe no sólo para los kurdos y los israelíes, aliados de Estados Unidos, y para los sunitas en Siria, sino para la seguridad estadounidense. Esto no sólo porque con esta acción Washington permite la creación de un corredor de influencia iraní desde Beirut hasta Teherán, sino porque el Estado Islámico, aunque recluido en un espacio pequeño en Siria, podrá ocupar esta posición para organizar más atentados terroristas.

Para Assad y para Rusia esto significa su victoria en la guerra civil siria, y para los sirios refugiados, el exilio permanente. Aunque esta decisión concuerda en lo superficial con la promesa de Trump de poner a “América primero”, en realidad no se entiende por qué el presidente ha tomado tan abrupta decisión que disminuye significativamente la esfera de poder de Washington. Es por esto que se especula que, detrás de la pantalla, lo que hay es un presidente temeroso, que, en la semana en la que su exjefe de campaña y abogado personal están siendo enjuiciados, quiere desviar la atención pública.

No queda claro entonces si los motivos son maniobras políticas o provienen de su poco entendimiento de política y seguridad internacional. Lo que queda claro es que el Medio Oriente tiene nuevos dueños, dueños que plantean seguir expandiendo su esfera de influencia.