Elecciones intermedias: el triunfo de las mujeres

Elecciones intermedias: el triunfo de las mujeres
Por:
  • valeria_lopez_vela

El giro autoritario que hemos visto en las recientes elecciones –para muestra, el caso brasileño con el triunfo de Bolsonaro- es políticamente preocupante e históricamente aterrador.

La cultura de la igualdad, de los derechos, de la democracia que durante años tratamos de consolidar parece haber sido desechada por las mayorías que hoy prefieren menos libertades pero más facilidades de pago. Para muchos, es más importante tener la promesa de los bolsillos llenos de monedas que espacios de autonomía y autenticidad.

Por inverosímil que parezca, las últimas elecciones dieron el triunfo a los candidatos con perfiles más cercanos a los antiguos tiranos –Maduro, Trump, Bolsonaro, Putin, Erdogan, Orban. ¿En qué momento se nos fue la historia de las manos ? ¿Cómo no nos dimos cuenta del ascenso del totalitarismo?

A este ritmo, en veinte años, los escritores liberales estaríamos en la cárcel por subversivos; mis chicas estudiantes estarían confinadas en sus hogares con los derechos humanos aniquilados; y mis amigos activistas se habrán unido a la guerrilla.

El retroceso ha sido importante y por ello era imprescindible un posicionamiento por parte de la sociedad norteamericana. Más allá de los escaños y el equilibrio de los pesos políticos, las elecciones intermedias de ayer representan un no sonoro a la regresión al totalitarismo.

Y los resultados fueron buenos: los demócratas recuperaron el control de la Cámara Baja aunque no es suficiente pues los republicanos mantienen el control del Senado. Es decir, la posibilidad del impeachment se desvanece y, con ello, será necesario derrotar a Trump en las urnas.

Estos meses han sido días de resistencia en los que las mujeres hemos dado la batalla con más fuerza. ¿Por qué? Porque el Presidente Trump ha desdeñado, siempre que ha podido, el valor de nuestras vidas, de nuestras decisiones. Banalizó las acusaciones de acoso y hostigamiento sexual, ridiculizó a todas las mujeres que lo señalaron como depredador e ignoró nuestras voces y nuestras demandas.

El movimiento Women´s March marcó la pauta de la denuncia y de la resistencia. Sabíamos que no guardaríamos silencio mientras se atropellaban nuestras libertades y se buscaba negar nuestros derechos. Desde el inicio, reconocimos y nombramos a Trump por su nombre: tirano. Y seguimos la estrategia que, en México, fraseó Enrique Krauze de la siguiente forma: “a un tirano no se le apacigua, se le enfrenta”. El surgimiento del movimiento Metoo, para repeler las agresiones sexuales en contra de las mujeres, es la materialización de dichas palabras.

Por ello, no sorprende que tantas mujeres hayan obtenido victorias importantes; como Ayanna Pressley en Massachusetts, Alexandria Ocasio- Cortez en Nueva York o Lauren Underwood en Illinois, entre otras. En total, 40 mujeres fueron electas para el Congreso, 19 de ellas son afroamericanas.

Los resultados de la contienda de anoche nos dejan tres elementos a considerar. Primero, se acabó el liderazgo completo de un solo partido; segundo, las mujeres estamos ganando las batallas en las urnas; tercero, los ultras no descansan y aunque se van debilitando tenemos que insistir y redoblar todos los días si queremos conservar los espacios de libertad.