Explicación

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Por:
  • arturo-damm

¿Cuál debe ser la respuesta del Gobierno mexicano a la intención de Trump de gravar con aranceles de 5 por ciento toda exportación mexicana? Bofetada con guante blanco: abrir total y definitivamente las fronteras mexicanas a cualquier importación estadounidense.

Lo anterior lo publiqué primero en Twitter y luego lo incluí en uno de estos Pesos y Contrapesos, y no faltaron quienes, convencidos de que lo correcto es la política del arancel por arancel, afirman que la respuesta del Gobierno mexicano debe ser gravar con un arancel de 5 por ciento todas las importaciones estadounidenses, lo cual sería ineficaz (disminuiría el bienestar de los consumidores mexicanos), e injusto (pagarían justos por pecadores, los consumidores mexicanos por Trump).

Si el Gobierno mexicano aplicara la política del arancel por arancel, ¿a quién perjudicaría? Al consumidor mexicano, quien tendría que pagar un precio mayor por el producto importado, que puede ser, o un factor de la producción, o un bien de consumo final, y al productor y exportador estadounidense, cuyo producto perdería competitividad en el mercado mexicano.

La política del arancel por arancel, ¿castigaría a Trump? No. Entonces, ¿qué sentido tendría imponerla? Ninguno. Solamente causaría más daño.

La imposición del arancel de parte del gobierno estadounidense perjudicará a dos grupos de agentes económicos: los consumidores estadounidenses y sus contrapartes, los productores y exportadores mexicanos. Si el Gobierno mexicano decidiera aplicar la política del arancel por arancel, habría otros dos grupos perjudicados: los consumidores mexicanos y sus contrapartes, los productores y exportadores estadounidenses. ¿Tendría sentido que el gobierno mexicano, gravando con aranceles las importaciones de productos estadounidenses, perjudicara a los consumidores mexicanos y a los productores y exportadores estadounidenses? ¿Se castigaría a Trump?

Cierto, los aranceles de Trump perjudicarán a los productores y exportadores mexicanos, a quienes el Gobierno mexicano debe defender. Imponiendo aranceles a las importaciones estadounidenses, ¿se logra esa defensa? No, y a cambio se agrede a los productores y exportadores estadounidenses, sin olvidar a los consumidores mexicanos.

Es creencia generalizada que si el gobierno de un país impone medidas proteccionistas los países afectados deben responder de igual manera, imponiendo medidas proteccionistas, lo cual desataría una guerra comercial, con todas las consecuencias negativas que las mismas traen consigo. Aunque parezca ilógico, a las medidas proteccionistas debe responderse con medidas librecambistas. (Véase el libro La magia y el misterio del comercio, Parte IV, Política Comercial, apartado IV, Apertura Unilateral, de Rigoberto Stewart).