¿Cuándo regresaremos a la rutina?

Aunque aún es temprano para decirlo con certeza, parece ser que la curva del Covid-19 en Europa, incluso en Nueva York, comenzó a decrecer. Sin embargo, queda poco claro cuándo y sobre todo cómo regresaremos a nuestras rutinas diarias.

A pesar de que las capacidades y respuestas gubernamentales han variado y variarán, es útil, por lo menos para imaginarlo, observar lo que ha sucedido en países que han salido, o más bien van saliendo, de la crisis. Creo yo que la mejor manera de conocer esto es a través del testimonio de quienes habitan en esos lugares.

Les cuento entonces lo que sucede en Israel, país donde la curva es ya decreciente, pero que, cabe señalar, tiene altas capacidades institucionales y, por lo tanto, posiblemente una capacidad de reacción y respuesta más rápida que la de otros Estados. A partir de principios de la próxima semana, el país (aún no con certeza) entrará en la fase de normalización.

El plan consiste en cuatro etapas, las tres primeras de dos semanas (Israel ha estado en cuarentena por más de un mes). En la primera etapa regresarán los trabajadores de las industrias más importantes del país (tecnología y finanzas); dos semanas después regresarán estudiantes del sistema de educación especial y trabajadores de industrias de segunda importancia. Entonces llegará el turno a pequeños negocios y demás estudiantes. Sin embargo, cabe señalar que las reglas de higiene y ciertas normas de distanciamiento social seguirán en pie (por ejemplo, distancia entre mesa y mesa en los restaurantes).

Cuando el país pase a la siguiente etapa, donde se reanudarán las actividades culturales y plazas comerciales, es más incierto, aunque se espera que sea dentro del próximo mes. Lo que es aún más dudoso es cuándo se permitirán conglomeraciones de más de 50 o 100 personas.

Además, parece ser que todos los habitantes de más de 60 años tendrán que quedarse en casa hasta el final de la tercera etapa. Esta evolución paulatina seguirá sólo en la medida en que el virus no vuelva a explotar exponencialmente; se espera en cambio que el número de contagios y enfermos se mantenga estático (es decir, que no se espera que la crisis termine, sino que permanezca controlada).

Sin embargo, cualquier desarrollo inesperado puede poner un alto al proceso y se podría volver a llamar a las personas a sus casas. Éste es uno de los motivos por los que el gobierno no ha reanudado la economía, a pesar de que el virus se ha mantenido fijo por unos cuantos días.

Es difícil pensar que el público vaya a acatar un regreso a la cuarentena, así que, por el momento, ha sido mejor esperar. A pesar de que algunos de estos pasos a seguir son desalentadores, creo yo que siempre entre más información tengamos, mejor podemos controlar nuestras reacciones y sentimientos, ¿o ustedes qué creen?