Gaza una y otra vez

Gaza una y otra vez
Por:
  • gabriel-morales

Son ya más de 12 años de enfrentamientos entre Gaza e Israel. La dinámica es siempre la misma; un misil que se dispara por accidente, un soldado que atraviesa la frontera y recibe una bala, tensiones políticas dentro del liderazgo palestino, cualquier pretexto es bueno para iniciar un nuevo enfrentamiento.

Esta vez, en menos de dos días, las fuerzas de la Yihad Islámica y Hamás lanzaron más de 200 cohetes hacia el sur de Israel, dejando cuatro civiles israelíes muertos; en respuesta el ejército israelí bombardeó decenas de blancos, dejando un saldo de por lo menos 25 muertos, de los cuales 10 son civiles.

La situación humanitaria en Gaza es alarmante y a cualquiera que observe con un poco de atención le queda claro que la violencia no ayudará a mejorar la situación. Por un lado, cualquier acción menos drástica que una invasión israelí (que tendría costos enormes) será incapaz, por más violenta que sea, de acabar con Hamás; por el otro, matar civiles y soldados israelíes no servirá para presionar a Israel a relajar el bloqueo de Gaza, sino lo contrario.

Se pregunta uno entonces ¿por qué tanto Hamás como Israel repiten una y otra vez la misma táctica que los deja exactamente en el mismo lugar donde empezaron? La respuesta tiene que ver con la dinámica política interna de ambos gobiernos que, paradójicamente, es muy similar. Al frente de ambos se encuentra un partido de derecha moderada (cada uno en sus términos).

Aunque ni Hamás ni el Likud de Netanyahu representan las alas de la sociedad palestina e israelí, que buscan un acuerdo de paz, ambos son partidos pragmáticos; es decir que dadas las circunstancias correctas podrían sentarse a negociar (de hecho, fue el Likud de derecha quien firmó el tratado de paz con Egipto en 1979).

El problema es que a la derecha de ambos se encuentran grupos minoritarios que han logrado, a pesar de su tamaño, dominar la agenda política de ambos. Por un lado, en Israel el lobby colono, representado por un pequeño partido de derecha radical, tacha a Bibi de izquierdista, presionándolo así a no negociar con los palestinos. Por el otro, en Gaza, la Yihad Islámica, un grupo paramilitar que promueve el exterminio de Israel, humilla a Hamás en los medios, haciéndolos ver como débiles ante Israel y obligándolos a actuar militarmente.

La salida de la crisis en Gaza empieza por un acuerdo que otorgue no sólo ayuda humanitaria a la franja, sino que establezca un plan de recuperación económica de largo plazo, que incluya el regreso a la mesa de negociaciones de paz. Sin embargo, mientras los dos gobiernos estén secuestrados por una minoría fanática seguiremos viendo el mismo tipo de enfrentamientos, una y otra vez.