En el día tras día (32) (Las redes son de quienes las trabajan y de quienes se apoderan de ellas)

En el día tras día (32) (Las redes son de quienes las trabajan y de quienes se apoderan de ellas)
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Las noticias falsas siempre han existido y existirán. Son parte de la historia de los usos que se hacen del periodismo. La diferencia con el hoy es que las posibilidades de detectarlas son mayores.

Una noticia falsa en redes por lo general dura poco, porque se detectan o el aludido brinca. Están diseñadas de tal manera que rondan en lo posible o se basan en los ánimos en que andamos.

La gran ventaja que tenemos es la respuesta rápida sin pasar por alto un hecho de enorme importancia: las redes han convertido a los ciudadanos en emisores, informadores, opinadores y hasta en rumorólogos.

De alguna manera el proceso que vivimos ha colocado a la sociedad bajo la premisa aspiracional de décadas de devolverle el habla al pueblo, como planteaba especialistas de la comunicación como el gran Armand Mattelart.

Si en otro tiempo una aclaración sobre una noticia falsa aparecía en la última página de un diario, a pesar de que la información hubiera estado en las ocho columnas, hoy un tuit precisa, además, de que evidencia a la noticia falsa y a quien eventualmente estuviera detrás de ella.

Una aclaración, aunque fuera en la última página, era lamentablemente el mejor de los mundos, a la fecha en algunos casos seguimos avanzando poco o nada. Las televisoras no creen en lo más mínimo en el derecho a réplica, para decirlo de manera doméstica se lo pasan por el arco del triunfo.

Las noticias falsas son un asunto del mundo. No hay sociedad que se abstraiga de ellas, porque no hay sociedad que no tenga diferencias, confrontaciones y marcados intereses. Las redes han sido un factor para colocar a los medios de comunicación, hoy incluso llamados tradicionales, bajo otra óptica e influencia.

Sin embargo, seguimos teniendo a los medios como referente, debido a que en el territorio salvaje en que se mueven las redes los portales de los medios y las propias emisiones de radio y televisión son buscados para confirmar la información que prolifera en las redes.

Es paradójico, pero en años recientes los “medios tradicionales” han recuperado parte del terreno perdido, pero ahora ya no están solos porque van acompañados de las redes que tienen en los ciudadanos a su gran actor, con todos los excesos que se puedan presentar a través de ellas; somos de la idea que es mejor tener esos excesos que no tenerlos.

El Gobierno está enfrentando por primera vez una reacción y acción adversa en las redes. Es muy probable que lo que esté pasando sea lo mismo que sucedió en tiempos de campaña en que el equipo del actual Gobierno se apoderó de las redes gracias a la gran movilización de simpatizantes y fervorosos seguidores de López Obrador, a lo que se sumó mucha gente convencida del cambio.

Hoy las cosas están adquiriendo otra dimensión. El ejercicio del poder está cambiando la percepción de los ciudadanos y las redes sociales son uno de los espacios más efectivos para manifestarlo.

Es evidente que quienes se oponen al Presidente han ido ganando espacios y van creciendo, somos de la idea de que es menor de lo que se cree y quieren. Sin embargo, van adquiriendo una presencia que no se puede soslayar, la cual no tiene que ver con una presunta compra-venta de espacios en Twitter.

Más bien, tiene que ver con una mayor movilización de los opositores al Gobierno, así como en otro momento lo hicieron quienes estaban en favor de quien era candidato y hoy es Presidente.

No se soslayan intereses, la irritación, provocación y encono, pero en algún sentido las redes son de quienes las trabajan, las cuales si alguien ha aprendido a leerlas y entenderlas son sus usuarios.

RESQUICIOS.

Las propuestas de los empresarios, producto de reuniones virtuales con diferentes personajes, enviadas a Presidencia terminaron en la Secretaría de Economía. No se ve por dónde se avance y más con los empresarios hablando de la “tercera llamada”, la cual en el teatro es la última.