El pasado en concreto

El pasado en concreto
Por:
  • jorgem-columnista

El Monumento a La Raza, situado en el cruce de las avenidas Insurgentes y Vallejo, rinde homenaje a nuestros ancestros que, a partir de la Conquista, dieron inicio al proceso del mestizaje que nos distingue como sociedad. Fue inaugurado en 1940, cuando en la capital estaba en boga el movimiento intelectual que enaltecía el pasado indígena como puntal de la identidad de los mexicanos.

A nuestras raíces se han sumado, producto de la globalización, diversas influencias de todos los confines del planeta. En múltiples ámbitos del acontecer cotidiano se manifiesta la pluralidad racial y cultural que envuelve a la metrópolis. La obra en forma piramidal, adornada con figuras alusivas a la historia de los pueblos del Anáhuac, hoy se encuentra prácticamente escondida en medio de las vialidades. Lo que no se puede ocultar es el origen de lo que ahora somos, ya que está impreso en el ADN chilango.

 

[caption id="attachment_1126005" align="alignnone" width="696"] La presencia que una vez tuvo el Monumento a La Raza en el paisaje urbano se ha diluido, no así su simbolismo. Foto: JMM[/caption]