Manuel, un héroe invisible que lucha por sobrevivir

Manuel, un héroe invisible que lucha por sobrevivir
Por:
  • josefina vazquez

Todos los días me levanto a las cinco de la mañana, es la hora en que pasan mis compañeros para ir a trabajar, no importa que estemos en fase 3 por el coronavirus. Nosotros no dejamos de chambear; nuestra labor es de vital importancia para la población, dice Manuel, quien desde hace 20 años forma parte del servicio de recolección de basura en el Valle de México.

Manuel empezó a trabajar como recolector a los 14 años. Cuenta que para muchos, su labor es “muy desagradable”, pues recoge pañales, papel de baño sucio, residuos de comida e incluso condones usados; “últimamente recolecto cubrebocas y guantes, te acostumbras a todo”.

Sostiene que el municipio les otorgó un pequeño gel (antibacterial) y una mascarilla, “que de nada sirven”, porque en el Estado de México los ciudadanos no separan la basura y ellos lo tienen que hacer con sus manos.

Mientras separa la basura, agrega que a sus compañeros que son diabéticos los mandaron a sus casas para no contagiarse, aunque esa decisión fue voluntaria.

“Yo creo que por estar tanto tiempo aquí generas anticuerpos. Espero que sea más difícil el contagio. Todos estamos en manos de Dios. Yo hasta hace unos días no creía en esta enfermedad, sinceramente pensaba que todo era político. Pero en la última semana fallecieron dos personas que conocía bien. Es por eso que para no arriesgar a mi familia dejo unos zapatos afuera de mi casa y me los cambio antes de entrar. Paso directo a bañarme y enseguida salgo y lavo mi ropa. No me preocupa enfermarme, me preocupa llegar y enfermar a mi familia”, platica.

A sus 34 años, sostiene que todas las mañanas se despierta con un nudo en el estómago, porque los guantes que les otorgaron no son reutilizables después de un día de trabajo y ya ha sufrido accidentes, “me he cortado con las cuchillas de máquinas de afeitar o con vasos de vidrio”; nada grave, dice, “pero sí me he llevado muchos sustos”. Comenta que cuando sucedió lo de la influenza se contagió. “Sentí que me moría, afortunadamente sigo aquí, echándole ganas”.

Historias como las de Manuel nos obligan a detenernos en las realidades de esta pandemia, a las que se enfrentan día con día aquellos que por muchas razones nos llegan a resultar invisibles y de los que sólo nos damos cuenta de su existencia cuando no pasa el camión de la basura.

Por eso es que te convoco a que, sin miedo y tras leer un día en la vida de Manuel, no sólo saquemos nuestra basura, sino que hagamos un esfuerzo y compromiso por separarla, por no dejar tirados por descuidos objetos punzocortantes o de un gran riesgo de contagio para ellos.

Mucho ayuda a que al sacar la basura puedas obsequiarles un tapabocas para protegerlos y contribuir con su cuidado. Estas pequeñas acciones contribuyen a evitar el contagio del Covid-19 e incluso la muerte de quienes enfrentan enormes carencias y lidian con el miedo, porque ellos también son héroes invisibles.