Juegos sexuales de moda

Juegos sexuales de moda
Por:
  • bibiana_belsasso

Los juegos eróticos o sexuales han existido desde el inicio de la humanidad. Pero juegos sexuales que están empleando los jóvenes, o incluso niños en la actualidad, han prendido los focos de alerta entre las instancias de salud de varios países.

En México no es la excepción. Platicando con la Dra. Lourdes G. Spusa, ginecóloga especialista en reproducción asistida y biología de la reproducción, asegura que estos juegos sexuales están poniendo en riesgo a los jóvenes, y que el incremento de este tipo de prácticas son cada vez más comunes.

Está el juego del Blow; la palabra en inglés es blow job, hacer sexo oral. La idea de este juego es que un joven muestre su miembro a varias chicas y entre todas se tomen turnos para introducírselo en la boca. El chico tiene que aguantar lo más que pueda sin eyacular y la ganadora es la que logre que termine. También está de moda que varias jóvenes besen al mismo chico en una fiesta. Así, dicen, se convierten en socias.

Otro juego que rápidamente cobró popularidad es la llamada Ruleta sexual; la práctica se expandió por Latinoamérica hasta llegar a Europa.

Hizo su aparición en 2013 en Medellín, Colombia, y alcanzó el punto máximo de alerta cuando se supo del embarazo de una menor de 14 años. La Ruleta sexual, o mejor conocida entre los adolescentes como El muelle, consiste en que un grupo de jóvenes, sin ropa interior, se colocan uno junto al otro (en fila o en círculos) con las piernas estiradas y manteniendo una erección para que las mujeres vayan sentándose encima.

En 30 segundos deben tener sexo y al concluir el tiempo las mujeres cambian de pareja para volver a repetir lo mismo. El juego puede  ser con penetración o sexo oral, y “gana” el joven que aguante más y la chica que hace eyacular a ese hombre, mientras que pierde el que eyacula primero.

El juego comenzó a ser popular en la población de jóvenes de entre 13 y 16 años.

El muelle, además de practicarse sin protección, suele mezclar alcohol o consumo de drogas, formando un combo muy peligroso.

Las consecuencias de este arriesgado juego son los embarazos no deseados, así como el riesgo de contraer distintas infecciones de transmisión sexual, como sida, gonorrea, sífilis, hepatitis C, VHP o infecciones como candidiasis, hongos o herpes.

Una variación del Muelle es El carrusel, en el cual los jóvenes forman un círculo en el que todos van bailando; los hombres van penetrando a las mujeres y rápidamente cambian de pareja, y así van dando vueltas hasta que algún hombre eyacula y debe salir del juego.

Otra práctica es el llamado Juego de la galleta, en el cual un grupo de “amigos” se reúnen alrededor de una galleta y comienzan a masturbarse. El primero que eyacula es declarado ganador y el gran perdedor es el que eyacula al final; su castigo: comerse la galleta empapada por el semen del resto de los participantes.

En España son varios los juegos que se han popularizado, y ya se juegan en México, como el Serosorting, el cual se basa en buscar expresamente a personas que no estén contagiadas para así practicar sexo sin condón.

Pero también existe a la inversa, en donde seropositivos se buscan entre ellos para así mantener relaciones sin preservativos.

El riesgo de crecer

El más peligroso y absurdo es el que se conoce como Fuck of death, en el cual personas no infectadas buscan mantener relaciones con seropositivos para ser infectadas.

El juego del Chemsex, que se forma de las palabras inglesas chemical y sex, se practica en grupo y se mezcla el sexo con las drogas. La desinhibición llega a tal extremo que los participantes comparten jeringas para drogarse mientras practican sexo, sin condón en la mayoría de los casos.

La práctica del Stealthing consiste en quitarse el preservativo durante la relación sexual sin que la pareja se dé cuenta ni dé su consentimiento. Se estima que unos 250 mil embarazos no deseados se producen en España de esta manera.

Otra práctica de alto riesgo es conocida como Cruising, la cual es practicada entre homosexuales o con personas del mismo sexo; es decir, alguno de los dos individuos puede ser un heterosexual con ganas de experimentar.

Cuando esos encuentros furtivos se realizan en lugares públicos únicamente entre heterosexuales de ambos sexos, la práctica es conocida como Dogging o Cancaneo, y recibe su nombre debido a que muchos aprovechan que han salido de casa a pasear al perro para acercarse a un punto de encuentro y tener una relación sexual con un desconocido.

Estas relaciones sexuales con desconocidos se pueden llevar a cabo en locales habilitados para ese tipo de encuentros. En estos lugares existen salas en donde se practica el Glory hole, en el cual un hombre introduce el pene a través del orificio, y la otra persona, desconocida y bajo el anonimato, hace con ese miembro lo que le apetece: introducírselo, una felación, masturbarlo, acariciarlo, golpearlo, pellizcarlo, morderlo, etc.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada día se registra cerca de un millón de nuevos casos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) consideradas “curables”.

Eso se traduce en que cada año, a nivel global, se presentan 376 millones de nuevos casos de cuatro infecciones en particular (antes conocidas como enfermedades venéreas): clamidia, gonorrea, tricomoniasis y sífilis.

“Estamos preocupados por el poco progreso que se ha hecho para detener la propagación”, destacó Peter Salama, director ejecutivo del programa de Cobertura Universal en Salud de la OMS.

De acuerdo con las estadísticas, 35 por ciento de los pacientes con sífilis, clamidiasis, herpes genital, candidiasis e infecciones asintomáticas de VIH, son jóvenes de 12 a 17 años de edad.

Urgen campañas de concientización para que los jóvenes estén conscientes de que este tipo de juegos tiene consecuencias graves.