La 4T macanea

La 4T macanea
Por:
  • Carlos Urdiales

Si cancelar la construcción del aeropuerto en Texcoco fue trepidante señal de quién manda aquí; la iniciativa de Ley presentada por Morena en el Senado es la reiteración contante y sonante de que en México hoy el poder es de uno solo, indivisible, innegociable. La nueva prelación de poderes en México está nítidamente definida. El político por encima de los poderes económicos y fácticos.

Los consorcios dedicados a la construcción de infraestructura ahora saben que obras y contratos se reparten, no se presiona para inducirlos u obtenerlos. Los banqueros en México tienen claro ya que las comisiones que cobran aquí las tienen que revisar para bajar, si no quieren que, por decreto, les prohíban imponerlas.

Por el gran inventario de comisiones, los bancos generan más utilidades; 108 mil mdp el año pasado, que por el diferencial financiero entre lo que pagan a sus ahorradores versus lo que cobran a sus acreditados.

En la 4T, la confusión es un lujo que nadie puede permitirse. Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena, anunció la iniciativa para amputar comisiones bancarias, el mercado accionario comenzó a desangrarse en el microcosmos bursátil; la crítica fue sonora; el senador, dicen, tiró el índice de precios y cotizaciones.

Tras la debacle Ricardo Monreal salió a matizar, “vamos a consultar, a escuchar antes de decidir” a ironizar, “no se pongan nerviosos, serénense, todo va a salir bien” y a ayer, a rematar, “al Senado no se le regaña, nadie le da manotazos y no pide permiso”.

El futuro secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, pareció criticar la falta de coordinación entre los equipos legislativo y ejecutivo del Presidente electo; sin embargo, Monreal volvió a la carga, “de que la iniciativa va, va”.

Imaginar que el pastor legislativo de López Obrador va por la libre es ingenuo, que el zacatecano diga que representa un poder autónomo que no tiene porqué coordinarse con Urzúa ni con nadie, que no se supedita a nadie, que es autónomo, es prueba fehaciente de que, en la 4T, la democracia ofrece rico catálogo de escenografías para maquillar decisiones de poder puro y llano.

Una consulta extraoficial antes de ser autoridad; la retórica sobre la independencia entre poderes o mañana, nuevas consultas validadas en circunstancias legales a modo y a la medida. Arbitrariedades oficiales protegidas por el manto de la legitimidad democrática, adornada con el sambenito de la voluntad popular, mayoritaria, sabia, incontestable.

Cuando en el futuro cercano los senadores reciban a los banqueros para dialogar sobre el cobro de comisiones, encontrarán un bate de beisbol sobre la mesa de los legisladores con las iniciales de AMLO grabadas a la vista de todos, a partir de ahí, comenzará el dictado de nuevas reglas.

Porque una cosa es que el Presidente electo reitere que en los primeros tres años de su administración no habrá modificaciones al marco fiscal, a la norma bancaria y otra diferente, aquello que los suyos operen desde otra instancia de la cual AMLO es y será muy respetuoso. El que entendió…

Batalla política ganada de antes de cualquier futuro concilio; millones de usuarios de servicios financieros aplauden, en público y en privado, el embate contra las instituciones financieras que, en México, tienen la joya de su corona global; personajes que pierden en cualquier competencia de popularidad.

Negociantes que tampoco saldrán de México por homologar sus utilidades con las de otras latitudes; la zanahoria es más grande que el garrote mostrado. Ricardo Monreal saldrá fortalecido tras la aparente improvisación con la que actuó; del quebranto accionario que el jueves negro ocasionó, cual chivo en cristalería.

Carlos Urzúa y otros fifís cercanos al Presidente electo, están sentenciados a ser los masajistas de aquellos lesionados por la 4T; conciliar la transformación con la costumbre del poder económico, los constructores del fallido aeropuerto, los banqueros alertados, o los importantes contribuyentes atrapados  por el SAT, evadiendo miles de millones de pesos a través de empresas fachada y redes contables creativas, mañosas.

Ante la contundencia de los mensajes, urgen contrapesos políticos, democráticos y representativos.