La otra cifra

La otra cifra
Por:
  • arturo-damm

Leemos, publicado por el INEGI, lo siguiente: “El INEGI presenta los resultados de la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) Trimestral, los cuales señalan que éste aumentó 0.1% en términos reales, en el trimestre abril – junio de este año frente el trimestre previo con cifras ajustadas por estacionalidad”, con el siguiente pie de página: “La gran mayoría de las series económicas se ven afectadas por factores estacionales y de calendario.

El ajuste de las cifras por dichos factores permite obtener las cifras desestacionalizadas, cuyo análisis ayuda a realizar un mejor diagnóstico de la evolución de las variables”. Pongo un ejemplo.

En 2018 Semana Santa tuvo lugar del 25 al 31 de marzo, por lo que cayó dentro del primer trimestre del año. En 2019 cayó del 14 al 20 de abril por lo que tuvo lugar dentro del segundo trimestre. Lo anterior quiere decir que, por un efecto calendario, y dado que durante la Semana Santa se trabaja menos, por lo que se produce menos, por lo que el PIB crece menos, durante el primer trimestre de 2019 se trabajó más que durante el primer trimestre de 2018, por lo que los períodos no son, estrictamente hablando, comparables. Para hacerlos comparables se ajustan las cifras, en este caso por el efecto calendario, y el resultado es el que todo mundo ha comentado: la variación del PIB durante el segundo trimestre, respecto al primero, fue 0.1 por ciento, siendo esta la cifra que primero destaca el INEGI.

En términos desestacionalizados, y comparando el segundo trimestre de 2019 con el mismo período de 2018, el PIB creció 0.4 por ciento. ¿Cuál es la cifra original, sin desestacionalizar? Menos 0.7 por ciento: 1.4 actividades primarias (agricultura, ganadería pesca, silvicultura, etc.); menos 2.8 actividades secundarias (industria manufacturera); 0.1 actividades terciaras (servicios), con la siguiente evolución en los últimos cinco trimestres: II/2018, 2.6 por ciento; III/2018, 2.5; IV/2018, 1.7; I/2019, 1.2; II/2019, menos 0.7 por ciento.

Con cifras originales, que al final de cuentas muestran lo que realmente pasó, en un año, del segundo trimestre de 2018 al segundo trimestre de 2019, la tasa de crecimiento del PIB pasó de 2.6 a menos 0.7 por ciento, lo cual, por todo lo que directa (la producción de bienes y servicios con los que satisfacemos nuestras necesidades) e indirectamente (la creación de empleos y la generación de ingresos, condiciones necesarias para poder acceder a los bienes y servicios con los que satisfacemos nuestras necesidades) depende del comportamiento del PIB, resulta preocupante.

Sí, la cifra desestacionalizada permite comparar mejor. Pero la cifra original muestra lo que realmente pasó.

Al final de cuentas, desestacionalizada u original, cualquiera de las dos cifras es una vergüenza.