La otra criminalización

La otra criminalización
Por:
  • rafaelr-columnista

En las últimas semanas hemos escuchado de Donald Trump todo tipo de acusaciones y ofensas contra México, Centroamérica y las caravanas migrantes. Ha reiterado, una vez más, que quienes llegan a la frontera son criminales y violadores, que quieren destruir su “gran nación”. Y ha sugerido que el éxodo masivo centroamericano es una operación de los demócratas, George Soros y Nicolás Maduro, que quieren hacer de Estados Unidos una nueva Venezuela.

El tono delirante de Trump tiende a explicarse por la intensidad de la confrontación electoral, en la que todo se vale. Pero mucho de lo que dice el presidente arraiga en amplios sectores de la opinión pública de Estados Unidos, América Latina y el mundo. Es alarmante constatar que en las redes sociales y hasta en algunos medios oficiales de nuestros países se reproducen noticias falsas, que el presidente de Estados Unidos pone a circular, cada vez de manera menos escrupulosa, para ganar votos.

En una reciente reunión en Tegucigalpa, los presidentes Juan Orlando Hernández de Honduras y Jimmy Morales de Guatemala intentaron reaccionar a algunos de los tantos insultos de Trump. Se defendieron, por ejemplo, de las acusaciones de robo de los fondos de la cooperación de Estados Unidos con los países del Triángulo Norte de Centroamérica y de la amenaza de que esas ayudas serían retiradas si sus gobiernos no contienen la emigración.

Luego de agradecer la “solidaridad” con las caravanas durante su tránsito por Guatemala y México, Hernández y Morales demandaron investigaciones que esclarezcan “quiénes son los que han organizado esto que atenta contra la vida de los seres humanos, a fin de aplicarles las penas que correspondan según las leyes nacionales e internacionales”. Palabras de Morales, que secundaban una declaración anterior de Hernández: “los países del Triángulo Norte de Centroamérica, México y Estados Unidos debemos darle prioridad a investigar quiénes están organizando estas caravanas irregulares, a fin de aplicarles la ley”.

Las expresiones de los presidentes centroamericanos dan a entender que comparten con Donald Trump algo de su agresivo discurso de campaña. Las caravanas, según ellos, no son brotes de éxodos masivos y espontáneos, aunque con una organización propia para protegerse de la inseguridad y negociar la condición de refugiados con las autoridades mexicanas. Son grandes operaciones de tráfico humano o, en el más intrigante de los casos, jugadas políticas. ¿De quiénes? ¿Para qué?

Las declaraciones de los presidentes Hernández y Morales contribuyen poco a la comprensión de la crisis humanitaria que se está viviendo en las fronteras de Honduras, Guatemala, México y Estados Unidos y nada nos dicen del fenómeno migratorio centroamericano. La insinuación de tramas conspirativas se suma a los brotes de nacionalismo y xenofobia que, por lo visto en las últimas semanas, no son exclusivos de Trump, los republicanos y sus bases conservadoras.