Migrantes, ya en la cancha de AMLO

Migrantes, ya en la cancha de AMLO
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Por más problemas que haya no se pueden hacer a un lado las caravanas migrantes. La inminencia de la toma de posesión del nuevo gobierno, más la evidente actividad que tiene, lo obliga a atender el tema en lo inmediato.

El ausente gobierno, a lo que se ha dedicado, es a administrar la caravana. Le dio pase para que los migrantes entraran y prosiguieran su largo peregrinar hacia EU. Después de que atendió inicialmente el asunto de manera confusa y torpe, pasó a la etapa de entender que no tenía, ni debía, frenar a los migrantes. Los dejó pasar y las cosas se destensaron.

Lo que ha venido haciendo es cambiar su estrategia original actuando con sensibilidad. Se ha abocado a atender, asistir y, en algún sentido, cuidar el largo viaje de los migrantes.

El ausente gobierno, pero al fin gobierno, sabe bien que el problema ya empieza a ser de los que vienen. Quizá ésta sea una de las razones por las cuales declaran poco, de no ser los informes de Gobernación, a lo que se suma la impresión de que se mantiene distante y en algún sentido insensible ante lo que está pasando.

El nuevo gobierno está obligado a tener una respuesta y una estrategia inmediatas ante lo que va a recibir en la frontera norte. El tema no sólo pasa por cómo piensa gestionar lo que muy probablemente van a ser meses, si no es que más, de  estancia de los migrantes en la frontera.

Ya sea que le toque a un gobierno u otro, el tema va a pasar por cómo se les va a ubicar; qué tipo de atención se les va a otorgar; qué alternativas se van a ofrecer a quienes habitan en la frontera norte; y cómo van a enfrentar las muy inquietantes manifestaciones de racismo que se han presentado en nuestro país.

La otra parte de la ecuación se llama Donald Trump. Con el despliegue militar que ha instrumentado, junto con sus amenazas tuiteras, ha provocado un clima de tensión y molestia que no es fácil atemperar.

Todo puede ir por los terrenos de las reacciones de toda índole, ante las cuales se puede perder el precario control. Cualquier incidente, por menor que sea, puede llevar a hechos lamentables. El lunes, cuando empezaron a llegar los migrantes a Playas Tijuana, lo primero que hicieron fue treparse a los tubos que forman el muro en la zona.

Algunos de ellos, en la euforia por haber llegado a la frontera, después de su larguísimo y agotador viaje, se pasaron al otro lado y caminaron por la playa. En territorio de EU, y ante la mirada inquietante de las fuerzas de seguridad, las cosas pasaron por momentos de incertidumbre. A estas alturas no se sabe cómo puedan reaccionar unos y otros.

Lo que no puede pasarnos, y menos al nuevo gobierno, es ver a las caravanas como parte de la escenografía. No es sólo porque se abre un frente grande, delicado y grave al país; es también porque no se puede dejar pasar una oportunidad para redefinir la política migratoria.

El nuevo gobierno, legitimado y fuerte de origen, está en posibilidad de convocar a una gran reunión con los países de la zona, a lo que se debe sumar el concurso de organismos internacionales para que, todos juntos, debatan el tema y busquen soluciones a un problema que es de todos.

La agenda de López Obrador está realmente cargada. El tiempo le va a parecer corto para lo que prometió y quiere hacer; pronto entrará en el terreno de las prioridades.

El tema migrante está siempre entre nosotros; lo que puede y debe darle el nuevo gobierno, es dignidad y atención.

Para ello, inevitablemente va a enfrentar a Trump; será la primera de muchas.

RESQUICIOS.

Es lamentable la cancelación del juego de la NFL en el Estadio Azteca. Desde hace semanas era evidente lo que iba a pasar y entre una falta de profesionalismo y seriedad, la casa se les vino encima. En el país, nadie se atreve a reclamarles, pero para la NFL, el terreno de juego es el eje del espectáculo; mientras que en México, si la cancha es un potrero, nadie se atreve a levantarle la voz a los intocables dueños  del balón.