Mitzi Torres y una vez más Michoacán…

Mitzi Torres y una vez más Michoacán…
Por:
  • monica-garza

“Me da miedo porque pueden iniciar un abuso en mi contra después de haber interpuesto mi denuncia... lo tengo que hacer público, es mi forma de decirles a ellos que no les tengo miedo... ¡Quiero que se haga justicia!”.

Me dijo aterrada y con la voz entrecortada la periodista michoacana Mitzi Torres, en conversación telefónica un día después de denunciar en redes sociales a mujeres policías de Morelia, que presuntamente la agredieron a golpes, luego de darles aviso —a ellas en su calidad de autoridad— de que acababa de ser víctima de una agresión por parte de un hombre que estuvo a punto de violarla.

¿Qué escenario podría ser peor que ese para una víctima?

La historia es dramática e inverosímil, porque las descalificaciones sobre su versión de hechos, sobre su aspecto físico y emocional —dice que le llamaron “borracha”—, así como comentarios lascivos y amenazantes, habrían venido de mujeres iguales que ella, pero éstas con un uniforme de autoridad.

Independientemente de lo que arrojen las investigaciones, hay que detenerse, además, en el hecho de que se trata del estado de Michoacán, entidad que tiene una alerta de violencia de género desde hace 3 años, y que NUNCA ha sido atendida.

Justo días antes de lo denunciado por Mitzi Torres, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres reveló que ninguno de los 14 municipios de Michoacán, donde se declaró́ la alerta de violencia de género, ha dado a conocer sus planes de trabajo al respecto.

Será que simplemente ¡no les importa! ...

A Mitzi no le fue tomada su declaración en un escritorio del Ministerio Público como marca el protocolo de ley; ella denuncia que golpeada como estaba, fue llevada a los separos como una criminal, sin legitimar los golpes visibles que ya tenía y sin darle derecho a una audiencia.

Hoy el gran temor que acecha a la reportera es el de todos en su caso: una represalia por haber levantado una denuncia en contra de la autoridad. Y es que Mitzi ha sido testigo, como todos lo hemos sido, de lo que puede pasar en Michoacán y más cuando se trata de una mujer...

La fiscalía de aquel estado se limitó a emitir un comunicado señalando que “no se tolerará ninguna mala actuación de la Policía de Morelia” y sobre las implicadas en el caso, no serán cesadas hasta que se compruebe su culpabilidad. Después, nadie más ha asomado la nariz.

Sobre la reparación del daño a la víctima —en este caso como en tantos—, no se ha mencionado absolutamente nada.

La que escribe, buscó a todas las autoridades correspondientes, Fiscalía General de Michoacán, Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos de Violencia Familiar y de Género, Fiscalía Especializada en Atención de Delitos Sexuales, Fiscalía Especializada en Medidas de Protección para Mujeres Víctimas de Violencia; todos con nombre y apellido conocido. Nadie quiere hablar.

Mientras “se investiga”, una vez más, una víctima mujer queda expuesta, vulnerada; una vez más estamos frente a un acto de violencia contra la libertad de expresión, una vez más Michoacán...

La Comisión Estatal de Derechos Humanos atrajo de oficio la denuncia de Mitzi y ha exigido la resolución del caso, subrayando que la Policía de Morelia es una de las corporaciones que más quejas registra por actuaciones que vulneran las garantías de los ciudadanos.

Sólo en lo que va de 2019 se han presentado 33 querellas por el actuar de elementos de la policía.

Razón por la cual la Comisión Nacional de Derechos Humanos solicitó al gobierno de Michoacán y a su Fiscalía medidas cautelares para salvaguardar la vida de Mitzi Torres.

Y lo que son las coincidencias, horas antes de la denuncia de la periodista en Morelia, en la Ciudad de México la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la capital presentaba su informe de 2018, poniendo el acento exactamente ahí:

“¿Que nos queda entonces como ciudadanos si quienes deben cuidar nuestra integridad son precisamente quienes la violan?..Quizá sólo aquellas organizaciones e instituciones que todavía centralizan sus esfuerzos en la defensa de los ciudadanos, de la mano con la sociedad y en espera de poder recorrer el camino con quienes tienen la obligación, desde otros ámbitos del Estado, de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de las personas”, dijo Nashielli Ramírez.

Pero ya son tantos los años que llevamos en esa espera, de juntos “recorrer el camino”, sociedad civil y autoridades, y sólo parece que nos cruzamos sin mirarnos...¿Cuánto tiempo más habremos de seguir esperando?...