No todo es popularidad

No todo es popularidad
Por:
  • javier_solorzano_zinser

No le va a venir nada bien al nuevo gobierno andar en el ensayo y error. Ya son varias las ocasiones en que tiene que recular debido a que sus decisiones o propuestas no han sido pensadas y trabajadas.

Las consecuencias no se logran, por ahora, conocer. La popularidad de López Obrador no necesariamente le va a dar, al paso del tiempo, una permisibilidad para estar metido en líos. Tarde que temprano le van a estar leyendo la cartilla, lo cual le va a afectar, por más popularidad que tenga.

Todo indica que con el tema del NAIM resuelto, López Obrador ha logrado crecer en aceptación. Esta semana se van a presentar encuestas sobre el Presidente electo, la cuales, nos aseguran, le son muy favorables. Pudiera ser que en algunos casos esté por encima de 70% de aceptación, en un hecho, por mucho, inédito.

Si así fuera, es probable que para la sociedad esté superado el tema del NAIM. Querrá decir que, a pesar de la sesgada consulta, los ciudadanos están a favor de la opción Santa Lucia, sin importar si tienen información precisa sobre ello.

La marcha de ayer en contra de la consulta, si bien refleja la oposición de un grupo ciudadano, no alcanzó a ser numéricamente significativa. No parece que vaya a pesar, a lo que se sumó el hecho de que algunos que están entregados a López Obrador llenaron de adjetivos a quienes participaron en el acto, bajo una intolerancia que resulta cada vez más preocupante.

Lo que estamos viendo hoy en torno a la decisión del NAIM, no necesariamente va a serle favorable. Hoy, quien virtualmente gobierna, se encarga de hacer ver que Santa Lucía es la mejor opción, sin pasar por alto que se ha dedicado a criticar a Texcoco más que a mostrar los atributos de Santa Lucía.

Sin embargo, otros hechos han evidenciado que en su entorno hay problemas que no pueden seguir bajo el ensayo y error. La propuesta de reducir las comisiones de los bancos obligó al Presidente electo a meterse de lleno en un asunto que ha salido muy caro, en más de un sentido.

Las cosas llegaron a tal grado, que a los empresarios por fin se les hizo poder devolverle algunos de los sarcasmos que, por lo general, les manda el tabasqueño. El presidente del CCE le mandó decir que si quieren ayuda y asesoría de cómo está el país y cómo se hacen algunas cosas, ellos se ofrecen para hacerlo.

Efectivamente, los bancos se aprovechan de sus clientes. No es la primera vez que se intenta hacer algo. Hace algunos años, el entonces senador del PAN Ricardo García Cervantes hizo un gran esfuerzo en el Legislativo para cambiar el estado de las cosas.

Nos decía que 30% de las ganancias de la banca española en el mundo proceden de sus sucursales en México, de lo cual sólo se reinvierte en el país una mínima cantidad. Con tal de no gastar, nos decía el panista, son capaces de lo que sea; “tenemos testimonios de trabajadores que reportan que hasta han reducido el número de baños en sus oficinas”.

La reacción de López Obrador define el tamaño de problema. Un asunto que debía ser trabajado en lo interior, y con los propios banqueros, terminó siendo una bomba de tiempo que tuvo que desactivar. Lo que dijo para ello refleja lo que vio y sus consecuencias: “en los próximos tres años no se tocará a los bancos”.

A López Obrador no le va a bastar con tener altos niveles de popularidad para gobernar. Hay que saber hacer las cosas y tener una curva de aprendizaje rápida.

Ya van diversas situaciones en que el nuevo gobierno se ve rebasado, viéndose en los terrenos del ensayo y error.

López Obrador no va a poder usar su popularidad para todo lo que se le aparezca.

RESQUICIOS.

La final de futbol de la Libertadores tiene a los dos equipos más populares y encontrados de Argentina: Boca Juniors y River Plate. No se habla de otra cosa en el país, que de un partido de altísimo riesgo. La rivalidad a veces llega a ser enfermiza y para ello, inopinadamente el presidente Macri pone absurdamente su cuota de lo que es, antes que nada, sólo un juego.