Odio a migrantes en redes sociales

La Haya, 28 de octubre. Miles de migrantes hondureños salieron de su país a principios de octubre con un solo objetivo en mente: escapar de la violencia, la pobreza y la corrupción en su lugar de origen y buscar una vida mejor en Estados Unidos.

Niños pequeños llorando, hambrientos, cansados, huyendo en brazos de sus padres que marchan codo a codo con miles de compatriotas hondureños que escapan de las pésimas condiciones de vida que tienen en su país. Son personas como tú y como yo que quieren lo mejor para su familia y que arriesgan la vida por un futuro mejor para ellos y sus seres queridos. Lamentablemente, a los migrantes se nos cataloga como un grupo de usurpadores que van a otro país a robar el empleo a los nacionales, sin dar cuenta que de estar en en las mismas circunstancias probablemente estaríamos en esa larga caminata en busca de una vida decente y digna.

En los casos mas extremos y tensos se muestran las verdaderas caras de la sociedad. Este es el caso de la caravana de migrantes centroamericanos que ha generado una oleada de odio en un ambiente perfecto para la propagación del mismo, las redes sociales. La gente se vuelve altamente ofensiva detrás de una computadora y con un seudónimo, creyendo que un perfil virtual solo tiene trascedencia en la red. Con esos mensajes de odio se tacha a los migrantes de "violadores, perros, delincuentes", indocumentados que vienen a robar, y se ha propagado esta marea de insultos en contra de seres humanos que toda su vida han sufrido demasiado y que ahora se han decidido a abandonar su país dejando todo atrás y aventurándose en un difícil viaje salvaje y peligroso que, a pesar de todo, parece la mejor opción en lugar de quedarse en su país de origen.

También resulta paradójico como hacemos lo mismo de lo que nos quejamos. Cuando nuestro paisanos quieren cruzar la frontera norte nos enojamos, y con mucha razón, de que el presidente de Estados Unidos los tache de delincuentes y violadores, pero cuando se nos presenta una oportunidad para demostrar al mundo cómo se deben respetar los derechos humanos y solidarizarnos con hermanos centroamericanos necesitados, actuamos de la misma manera con ataques y rechazo del cual también hemos sido víctimas.

La migración es un tema muy complejo que no sólo pasa en América; también Europa sufre oleadas de migrantes que huyen de la pobreza, la desigualdad, la violencia, el hambre, la guerra, la muerte. Y sucede lo mismo, voces ofensivas que aplauden el cierre de fronteras. ¿Quiénes somos para juzgar a aquellos que arriesgan la vida en busca de mejores condiciones para sus hijos? Estas grandes migraciones son culpa de estas economías salvajes que generan cada vez más desigualdad. La solución es un cambio de mentalidad en donde entendamos que si a nuestro vecino le va bien, a nosotros también nos va bien. Sin embargo, los países ricos cierran sus fronteras intentando que su bienestar se quede dentro de su territorio y lo que pasa fuera que se solucione automáticamente. Lo que no pueden negar es que su riqueza se asienta sobre las cabezas de los países pobres que producen sociedades sin oportunidades y que son un campo de cultivo de migrantes que lo único que buscan es una vida digna.