Poder y Saber en Latinoamérica: discutiendo hegemonías

Poder y Saber en Latinoamérica: discutiendo hegemonías
Por:
  • armando_chaguaceda

En dos libros de reciente factura [i] el politólogo Paulo Ravecca y el sociólogo Pierre Gaussens ponen en cuestión la compleja y problemática relación entre los saberes académicos y los poderes políticos que les enmarcan e influyen.

Teniendo a Latinoamérica como contexto del análisis —Chile y Uruguay para Ravecca, Ecuador para Gaussens—, los autores repasan los tipos de ciencia social y política que se producen en momentos democráticos y autoritarios de la evolución de nuestros países. Haciendo uso de abundantes —y diversos— recursos bibliográficos, metodológicos y teóricos, los investigadores desmontan lugares comunes desde los que se concibe y construye la reflexión politológica y sociológica en nuestra región.

Ravecca devela como las relaciones entre conocimiento y poder pautadas por las dictaduras y posteriores transiciones a la democracia en Latinoamérica, explican las mutaciones en la ciencia política regional. Mismas que se expresan en la sustitución del paradigma marxista (típico de los 60) por el consenso liberal instaurado en la década del 90. Así, el autor deconstruye los fundamentos de una ciencia politica dominante —empirista y cuantitativa—, que se asume neutral, rigurosa y no activista, en tanto producto cruzado de las derrotas populares, de la crisis del marxismo y el socialismo realmente existente y de los modos de institucionalización de la ciencia política demoliberal.

Por su parte, Gaussens aborda un fenómeno reciente, identificado con la instrumentalización política de la academia por gobiernos de la ola progresista del siglo XXI. Así, cuestiona la conversión de la ciencia social en un conjunto de disciplinas oficiales, avaladas desde y por el Estado postneoliberal. Defendiendo la autonomía relativa de la misma, desde su capacidad de sostener una relación crítica y reflexiva con este mismo poder instituido. Semejante reto supone, para el sociólogo, comprender cómo “la tarea de seguir construyendo una ciencia social contrahegemónica pasa por la necesidad de enriquecer herramientas y productos de medición al pensamiento crítico” toda vez que “en los campos universitarios latinoamericanos, la producción de pensamiento crítico suele asemejarse a una literatura de carácter filosófico, cuando no a una mera distracción panfletaria”.

Ambos autores —y sus obras— tienen más en común de lo que aparentan sus divergencias teóricas. Ravecca, al postular una relacionalidad compleja, entiende la ciencia politica dominante como un campo de actores, saberes y procesos cuya institucionalización y desarrollo dependen de la hegemonía específica que adopta el formato (neo)liberal. Gaussens, al cuestionar al postcolonialismo —a ratos dominante— que renuncia a la crítica de los gobiernos afines, nos recuerda que hay tipos de hegemonía ajenos —pero no menos nocivos— al Consenso de Washington. Al defender ambos la necesidad de combinar el rigor académico —demostrado en sus obras— con una toma de partido consciente y no sectaria —en defensa de nociones amplias de soberanía popular, justicia y libertad—, los trabajos de Ravecca y Gaussens se convierten en una plataforma creativa y plural para repensar las pautas que el poder —político, económico, académico— impone en nuestras formas de pensar la realidad. En un mundo —y un continente— donde las formas democráticas republicanas no son el único modelo en oferta,  Las políticas de la ciencia política y La izquierda latinoamericana contra los pueblos son brújulas para la búsqueda de un mejor modo de construir, desde la academia,  el tan manoseado pensamiento crítico.