Porque la diversidad SÍ importa

Porque la diversidad SÍ importa
Por:
  • monica-garza

Los estudiantes tendrán en su plan de estudios clases sobre los derechos lésbicos, homosexuales, transgénero e intersexuales. De ese tamaño fue el avance en Escocia esta semana, al anunciarse la educación inclusiva obligatoria en las escuelas públicas, como parte de una estrategia para combatir la homofobia y promover el respeto a la diversidad.

Ése es un claro ejemplo de cómo opera el primer mundo, que en muchas áreas se ve tan lejano del nuestro, aunque si nos enfocamos en los derechos de la comunidad LGBT, en nuestro país ésta también fue una buena semana.

El lunes pasado se celebró en la Ciudad de México el evento de Mejores lugares para trabajar LGBT, dentro del Programa Global de Equidad Laboral de Human Rights Campaign Foundation.

Ahí se reconoció a 69 empresas —mexicanas y extranjeras que trabajan en México— por cumplir con los protocolos y colaboración en favor de la inclusión de las personas de la comunidad LGBT.

En la lista destacaba el nombre de Pemex y el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, que éste año estrenó dicha certificación.

Este es el segundo año que este ejercicio se realiza en nuestro país, donde en 2017 se certificó a 32 empresas, la mayoría multinacionales, y este 2018, el número se superó en más del doble.

De las 69 empresas certificadas este año como centros laborales incluyentes, 15 son de origen cien por ciento mexicano y las demás abarcan ocho países más, que colaboran con este trabajo en nuestro territorio.

[caption id="attachment_828141" align="aligncenter" width="926"] UNA PERSONA transgénero, en agosto de este año, después de tramitar su acta de nacimiento de acuerdo a su apariencia física, en la CDMX.[/caption]

Hace 10 años, un evento de esta naturaleza en México hubiera resultado impensable, porque el respeto a la diversidad no era tema para ninguna agenda.

Pero las cosas han ido cambiando, se han sumado voces de una sociedad civil cada vez más organizada y ahora sí estamos hablando de derechos, de leyes, y de sanciones a quienes las violen.

El lunes pasado también sucedió que en Coahuila se aprobó que las personas accedan al cambio de género y nombre, en sus documentos oficiales por la vía administrativa y no por la vía judicial, sin necesidad de acreditar intervención quirúrgica alguna, terapias u otro procedimiento.

Se estima que alrededor de dos mil 500 coahuilenses se verán beneficiados con esta medida, a la que podrán acceder personas de estados cercanos como Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas.

Todo esto a unos días de que en la Cámara de Senadores se aprobara la reforma a la Ley de Seguridad Social, del IMSS e ISSSTE, para lograr que las personas LGBTTTI puedan ser beneficiarias de pensiones por viudez.

Una nueva ley que tiene como objetivo proteger también a aquellas parejas que no estén casadas legalmente, pero puedan acceder a una constancia y tengan la misma oportunidad de protegerse, en el caso de fallecimiento de alguna de las partes, beneficio que alcanza también a los hijos que haya en común.

Y mejor aún, de publicarse esa nueva ley, también se pondría fin a la discriminación a la mujer trabajadora afiliada a la seguridad social, y que actualmente ve casi imposible, el hecho de trasmitir a su esposo o pareja una pensión de viudez en caso de morir.

Esta reforma a la ley del IMSS e ISSSTE para garantizar la seguridad social igualitaria, se convirtió en la primera iniciativa presentada en el Senado, y el primer dictamen aprobado por unanimidad, incluyendo a partidos conservadores como el PAN y el PES, que también se pronunciaron a favor.

Ahora el balón está en la cancha de los diputados, que tienen la oportunidad de hacer historia en beneficio de la igualdad, pero lo que es innegable es que finalmente el tema del respeto a la diversidad alcanzó el rango de relevante, en la agenda política de México.

Quizá estamos aún lejos de incluir en nuestro sistema educativo un material de orientación sobre el respeto a la diversidad sexual, como lo ha hecho Escocia, pero sería mezquino no reconocer lo mucho que en poco tiempo hemos podido avanzar en ese terreno.

Cada vez somos más los medios, las empresas, las organizaciones, las autoridades, los funcionarios y los ciudadanos los que salen del clóset de la indiferencia, para levantar la voz a favor de que todos, sin importar el género o la preferencia, tengan derecho a que sus derechos se respeten.