Mejor que nadie se quede callado

Mejor que nadie se quede callado
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Tiene toda la razón López Obrador cuando dice que “quisieran estarnos cuestionando y que nos quedáramos callados, no va a ser así, tenemos que debatir de manera respetuosa, pero tiene que haber diálogo circular, tiene que haber libertades plenas y para todos”.

Que sepamos nadie le ha pedido al Presidente electo que se quede callado y que no responda. Mucho de lo que ha pasado más bien tiene que ver con la forma en que se han dado debates, controversias y agresiones de uno y otro lado sobre lo que se va perfilando del futuro gobierno.

Ayer, el Presidente electo hizo referencia a algo que se dice, desde hace al menos dos meses, sobre su gobierno, el cual recordemos que no es formalmente todavía gobierno.

La juguetona idea de que el 1 de diciembre va a presentar su primer informe de gobierno, más que tomar posesión, se debe a que bajo un escenario inédito, López Obrador y su entorno han estado expuestos y con dosis de desgaste.

Se han dicho muchas cosas, más todas las que nos esperan, que están reflejando inquietudes y defensas de causas, al tiempo que se han presentado críticas genuinas que no se han sabido leer ni interpretar.

No todo lo que se expone sobre López Obrador desde tribunas y que no le son afines debe ser visto en su contra. Los 30 millones de votos en su favor no son sinónimo de que se deba acatar lo que dice y que por ende desparezca la crítica, pieza fundamental para su futura gobernabilidad.

Cuando dice López Obrador que no se va a quedar callado, es lo mismo que se dice desde la crítica. Tenemos que ir aceptando que podemos meternos en terrenos del toma y daca interminable.

La clave va a ser, de hecho ya es, cómo lo establecemos y sobre qué bases lo hacemos. No necesariamente el toma y daca es negativo, lo que debe prevalecer es el respeto, las libertades y el no permitir por ningún motivo el autoritarismo y la imposición.

Estos meses han sido el gran preámbulo de lo que puede venirse. La pregunta es si López Obrador quiere sólo para él lo que es para todos. Éste empieza a ser el gran dilema para el futuro gobierno. La crítica fue el elemento para ver a los gobiernos y al propio país durante años.

Para algunos, lo que decía López Obrador era excesivo, pero lo fuera o no, tuvo las libertades para en lo general expresarse, por lo menos durante los últimos 12 años.

Sería injusto, en este contexto, pasar por alto que en el camino muchos medios de comunicación, con los cuales ya se va entendiendo y hasta los llena de florituras; fueron utilizados, con todo lo que esto significa, para atacarlo a mansalva.

El lance por el artículo de Proceso, demostró cómo los ánimos están a flor de piel y además sensibles. Una revista que de suyo es incómoda, no puede dejar de serlo ante el triunfo de uno u otro candidato. El artículo lo vemos más como un llamado de atención que como un ataque a López Obrador.

Pensar el periodismo como un ejercicio de militancia o causa, al final no le ayuda ni le propone a la audiencia, y somete al propio ejercicio profesional.

Ésta es una vieja discusión que no termina y que tiene muchas formas de verse, pero lo cierto es que ante un nuevo gobierno, se debe refrendar el principio de que la crítica es una pieza toral en el ejercicio periodístico, ejerza quien ejerza el poder.

Tiene toda la razón López Obrador cuando dice que no tiene por qué quedarse callado, nosotros tampoco. Ésta debe ser una de las ecuaciones que le deben ayudar al Presidente electo a gobernar.

Ante nuevos tiempos, nuevas actitudes y oportunidades. La pelota está en la cancha de todas y todos.

RESQUICIOS.

Es un enigma lo que pueda pasar hoy en las elecciones intermedias en EU. Trump se la ha pasado  en campaña desde hace al menos tres años, es quizá lo que mejor hace. Hoy se empieza a jugar la reelección. Habrá que ver qué deciden los estadounidenses, su país está dividido con una pésima imagen ante el mundo, pero, paradójicamente, con un presidente con un 45% de aceptación.