Ecuador: el Estado en jaque

Ecuador: el Estado en jaque
Por:
  • rafaelr-columnista

Lo que ha sucedido en Ecuador en los últimos meses permite confirmar que, en vez de poner en suspenso las agendas previas de algunos gobiernos latinoamericanos, la pandemia tiene un efecto reproductor y agravante. Antes del coronavirus, el gobierno de Lenín Moreno se enfrentó a un estallido social de organizaciones sindicales e indigenistas —muchas de ellas, opuestas también a Rafael Correa— que se movilizaron contra el fin de subsidios a los combustibles y otras medidas que afectaban salarios y pensiones laborales.

Ahora, en medio de la emergencia de Covid-19, Moreno ha anunciado un paquete frontalmente dirigido contra el sector público. El recorte anunciado será de 4,000 millones de dólares —la moneda que ese país comparte con Estados Unidos—, de los cuales casi la mitad será a costa de la deuda externa y la inversión, pero el resto golpeará directamente la masa salarial y el gasto público.

Para contrarrestar el impacto, Moreno ha propuesto bajar precios de combustibles, reducir la burocracia gubernamental y acortar la jornada laboral. Sin embargo, otro flanco de las medidas afecta también el sector público por medio del cierre de empresas estatales o la fusión de más de diez organismos de servicios. Es cierto que las actuales medidas se diferencian de las de 2019, especialmente en lo relacionado con el precio de los combustibles, pero en ambos casos apuntan a una contracción del Estado.

El desempeño del gobierno de Moreno en la contención de la pandemia ha sido de los peores en la región. Un artículo de José María León Cabrera y Anatoly Kurmanaev, en el New York Times, hace semanas, sostenía que la cifra de muertes en ese país andino era 15 veces mayor que la que el gobierno reportaba. Las escenas de cadáveres en las calles de Guayaquil dieron la vuelta al mundo, como símbolo dantesco de la incapacidad del Estado para hacer frente a la pandemia.

Los datos oficiales señalan menos de 40,000 casos y 4,500 fallecidos. Pero el propio gobierno reconoce que habrían unos 1,667 decesos más por la pandemia y que en algunas regiones, como Guayas, el nivel de contagio es crítico. La aplicación de pruebas ha sido muy baja en ese país, por lo que el Ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, acaba de anunciar una gran donación de equipos de la empresa privada que permitirán hacer 170 tests por hora. El pronóstico de los expertos es que a partir de la implementación de un testeo masivo, las cifras oficiales se multipliquen.

A diferencia de Europa, donde no pocos gobiernos decidieron recurrir a subsidios, condonaciones y levantamiento de fondos públicos, en Ecuador y otros países latinoamericanos se ha escogido la ruta contraria. Una hipótesis sería que, como han venido denunciando tanto Rafael Correa como las organizaciones comunitarias que se movilizaron el año pasado, el proyecto de Moreno es abiertamente neoliberal. Otra sería que el Estado ecuatoriano está tan colapsado que es incapaz de hacer frente a la crisis.