Ni una más

Ni una más
Por:
  • rafaelr-columnista

El movimiento contra la violencia de género y los feminicidios cotidianos, que en los últimos días logró movilizar y paralizar a México, es un fenómeno latinoamericano. Desde 2015 lo hemos visto en Argentina, bajo el lema contrario de “Ni una menos”. En otros países de la región como Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia, el movimiento feminista, en los últimos años, se ha instalado en el centro de la política nacional. En México, sin embargo, la movilización contra la violencia de género tiene una connotación especial por la gravedad de la crisis.

Cuando comenzaron aquellas protestas en Argentina, hace un lustro, menos de 300 mujeres eran asesinadas al año en ese país del Cono Sur. Para tener una idea de la dimensión de la tragedia que enfrentamos, esa es la cifra de feminicidios que se registra en México en un solo mes. Según un estudio de Antonio Baranda en el periódico Reforma, en los primeros diez meses de 2019, es decir, de enero a octubre, un total de 3 142 mujeres fueron asesinadas en México.

La cifra, según la nota de Baranda, quien se basó en estimados de la Secretaría Nacional de Seguridad Pública, aumentó en casi un 35% con respecto a 2018. El estado donde se registró la suma más alta de feminicidios fue Veracruz, aunque el Estado de México reportó el número mayor de homicidios dolosos cuyas víctimas fueron mujeres. Otra nota de Abraham Reza, en Milenio, a fines de febrero, reportaba que tan sólo en el mes de enero de 2020, habían sido asesinadas 320 mujeres.

Si esa cifra se mantiene en los próximos meses, los feminicidios en México estarían llegando a cerca de 4000 en este año. La marcha del pasado domingo 8 de marzo y el paro femenino del día siguiente son la respuesta apasionada y genuina de las mujeres a ese aumento escandaloso e impune de la violencia en su contra. Una verdadera catástrofe que, lamentablemente, el máximo liderazgo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador no parece constatar, o constata sin reconocerlo del todo.

De llegar México a esa monstruosa cifra, este país estaría acercándose a las estadísticas de feminicidios en Brasil, que tiene casi el doble de población. Ya en 2018 la Cepal pronosticaba que, de no tomarse medidas urgentes, México rebasaría a Brasil en el récord de mujeres asesinadas al año. Desde entonces, el último año de Enrique Peña Nieto y el primero de Andrés Manuel López Obrador, debió darse a los feminicidios un tratamiento de crisis humanitaria.

El admirable espectáculo que hemos visto en los últimos días podría ser el punto de partida de un conjunto emergente de políticas de género, que pongan freno a esta verdadera epidemia. Si el actual gobierno pierde la oportunidad, esas políticas, que deberían responder a acuerdos de Estado, serán asumidas por las propias mujeres. Ya está sucediendo, ya las mujeres han dejado claro que están dispuestas a hacerse cargo de su propia defensa, pero no es menos cierto que proteger la vida de todos es una tarea central del Estado.