¿Recesión?

¿Recesión?
Por:
  • gabriel-morales

Una de las particulares del ciclo económico actual es que a pesar de que la economía estadounidense se encuentra en pleno empleo y los índices de las empresas globales más importantes han tenido un avance constante por ya varios años, esto no se ha visto reflejado en los salarios de las personas.

Mientras que los salarios de los directivos de estas empresas han aumentado vertiginosamente, las ganancias para las clases medias y trabajadoras han sido casi nulas.

Se puede argumentar que la elección de Trump y las derechas en Europa, y el Brexit, son consecuencia, en parte, del descontento que ha causado esta disparidad: a pesar de que la economía mundial crece, los beneficios de la globalización se quedan en manos de pocos. Sin embargo, esta semana, como era de esperarse, comenzamos a ver los primeros signos de que la victoria de los republicanos y del Brexit pueden causar justo el efecto contrario del que los votantes deseaban. Durante el primer año de Trump, los mercados reaccionaron bien ante su victoria.

Muchos creían ilusamente que las amenazas de Trump no eran más que despliegues de ego o frases electoreras que no tendrían efectos reales. Aunado a esto, el recorte masivo de impuestos de Trump a los más ricos y las grandes empresas sirvió para cubrir cualquier inestabilidad que la presidencia de Trump causara. No obstante, parece que una vez pasada la euforia del recorte los mercados comienzan a reaccionar. La imposición de sanciones a Irán (uno de los principales productores de petróleo) y la imposición de aranceles a bienes europeos y chinos tomaron por sorpresa a aquellos incautos que pensaron que el lobby económico controlaría al presidente Trump.

Ahora queda claro que una guerra comercial con China es una posibilidad verdadera. Lo mismo sucede en el caso del Brexit. Después de la inesperada victoria del “sí” muchos supusieron que la Gran Bretaña negociaría un trato similar al de países como Noruega con la Unión Europea, permitiendo así la continuación del intercambio de bienes sin muchos inconvenientes. No obstante, la incapacidad política de Teresa May de vender el tratado a las alas más conservadoras de su partido y la (ahora verdadera) posibilidad de un voto de no confianza al gobierno de May, que a su vez podría culminar en la salida de la Gran Bretaña de la Unión sin un tratado, atemorizan a los mercados.

La primer consecuencia de esta incertidumbre fue la venta masiva esta semana de millones de acciones de los gigantes tecnológicos (Facebook, Apple, Amazon) que perdieron en un día todo el valor adquirido durante 2018. Aún es temprano para entender si la reacción de estas empresas es un augurio de peores números en los índices económicos o, peor, de una recesión. Lo que queda claro es que nos esperan tiempos de inestabilidad.