Refuerzos Monetarios en Puerta

Refuerzos Monetarios en Puerta
Por:
  • arturov-columnista

En repetidas ocasiones, en este espacio hemos hecho alusión a la complicada situación actual de la economía mexicana. Hemos mencionado que, es irrelevante —frente a la clara evidencia de debilidad productiva— establecer si la economía mexicana está o no dentro del concepto “técnico” de “recesión”.

El punto es que estamos en medio de un atorón productivo del que hay que salir cuanto antes.

Por ello, quizá no debería causar tanta sorpresa el hecho de que las noticias no sean positivas la semana que viene, cuando el Inegi publique las cifras oportunas del PIB del segundo trimestre. Incluso, hay una alta posibilidad de que la economía registre una caída moderada por segundo trimestre consecutivo.

En medio de este pesimismo que rodea al análisis económico para este año, destacan dos cosas: Primero, en paralelo con la evaluación negativa de la coyuntura, se ha venido deteriorando la perspectiva de crecimiento. Así, por ejemplo, en la más reciente Encuesta Citibanamex de Expectativas, el consenso para el estimado de crecimiento del PIB en este año volvió a ajustarse una vez más a la baja, hasta 0.9%. Hace apenas medio año, las expectativas de este indicador apuntaban un crecimiento de 1.7%.

Segundo, en paralelo al deterioro de la expectativa de crecimiento económico, el pronóstico para este año todavía anticipa una posible reactivación de la actividad productiva en la segunda parte del año. No obstante, ésta todavía depende de la aplicación con eficiencia y prontitud de las políticas públicas. Concretamente, del ejercicio de las erogaciones del Gobierno federal –que elimine el enorme rezago hasta ahora visto-, y de la instrumentación de una política monetaria más relajada.

Parece haber condiciones inmejorables para la instrumentación de esta última. Una política monetaria más relajada implica una baja de la tasa de interés por parte del Banco de México. El consenso de la Encuesta Banamex anticipa la próxima baja en la tasa de interés para septiembre próximo y supone que solo habrá una baja en este año. Ello, desde mi punto de vista, es una visión conservadora. La acción de la política pública requiere mayor rapidez y profundidad.

Durante la primera parte del año fueron varios los elementos limitantes para un relajamiento de la política monetaria.  En primer lugar, la inflación había estado alta en la primera parte del año, incluso por arriba de 4.0%; la FED no daba visos de una baja en su tasa de referencia, y en general, el mundo no era tan pesimista en torno a la desaceleración mundial como lo es ahora.

Por fortuna, en México, la inflación ya ha cedido y está por debajo de 4.0% -cifra que se validará mañana con el dato de la primera mitad de julio-, en Estados Unidos ya es inminente una baja en la tasa de interés por parte de la FED la próxima semana, así como también Europa está en espera de un programa de expansión cuantitativa. El mundo se prepara para revertir la desaceleración.

En este tenor, la urgencia por mejorar el desempeño de la economía implica un mayor esfuerzo de la política monetaria que la que hasta ahora esperan los analistas financieros. Por ello, si la FED baja su tasa, considero que México irá de la mano en agosto próximo. Si bien la prioridad del Banco Central es la estabilidad de precios, las condiciones ahora están dadas para apoyar el crecimiento sin descuidar su mandato.