Santa Lucía, la austera

Santa Lucía, la austera
Por:
  • mauricio_flores

Aún no se sabe cuánto costará indemnizar a constructores e inversionistas del finado Nuevo Aeropuerto Internacional de México, ni los gastos de resarcimiento ambiental y preservación de activos en el polígono del ex lago de Texcoco; pero ya existe un número de cuánto la Sedena, al mando de Luis Sandoval, usaría para el aeropuerto de Santa Lucía: 70,342 millones de pesos, según un  presupuesto de Grupo Rioboó, que no contempla, entre otras cosas, un tren rápido o metro.

Uno de los datos más interesantes del Plan Maestro AISL (Aeropuerto Internacional Santa Lucía) es el costo y superficie de los cuatro cuerpos del edificio terminal: un total de 2,503.9 millones de pesos para una superficie de 657,900 metros cuadrados estimados, lo cual contrasta fuertemente con los 84 mil millones de pesos de la terminal del fenecido NAIM, con una superficie de 312,288 metros cuadrados. Esto significaría que conforme y en presupuesto, el metro cuadrado por construir el edificio terminal sería de unos 3,806 pesos; es decir, menos de lo que vale el metro de una casa de interés social; en tanto que la edificación del proyecto Norman Foster y Fernando Romero habría costado 268 mil pesos el metro cuadrado.

Claro, considerando el número de pasajeros y el trajín que hay a diario en un aeropuerto internacional, quién sabe cuánto dinero en mantenimiento requerirá una edificación más barata —en proporción— que una casa en Tecámac. A ello, habría que agregar los costos de los estudios aeronáuticos de ingeniería de tierra, el diseño en sí mismo, así como las obras hidráulicas y de acometidas eléctricas. Y bueno, si el costeo hecho para Santa Lucía es de unos 3,500 millones de dólares, siempre habrá quién pregunte por qué no se usó ese dinero para terminar Texcoco.

Por cierto, Javier Jiménez Espriú ofreció hace una semana al Colegio de Ingenieros Civiles de México, que encabeza Ascensión Medina, dar una nueva y profunda razón técnica por la que se canceló el NAIM.

Desincorporación teutona. Y en la ruta de desincorporar activos no estratégicos, y así obtener recursos que primordialmente son usados para el pago de deuda y otros fines corporativos, Cemex, que dirige Fernando González, vendió sus activos de agregados y concretos en el norte y noreste de Alemania (un total del 13 canteras y 18 plantas concreteras) a la firma GP Günter Papenburg. El valor de la operación es de 87 millones de euros y está a la espera de algunas regulaciones en aquel país para cerrar el trato.

Maypo no se raja. A pesar de estar en el ojo del huracán por los señalamientos de ser parte de “las consentidas” que recibieron multimillonarios contratos para abastecer a los sistemas públicos de salud, la compañía que dirige Jack Rodríguez salió públicamente a declarar (y es el primer director en hacerlo, de las 10 empresas expuestas en las conferencias del Presidente Andrés Manuel López Obrador) que se encuentra en orden y dispuesto a seguir colaborando con el Gobierno para garantizar el suministro de medicinas y material médico. El que nada debe, nada teme.