Toma de conciencia

El anuncio del mega recorte de agua causó preocupación en la población capitalina, ocasionando compras masivas de tinacos, tanques, cubetas, agua embotellada, almacenamiento de la misma, y hasta suspensión de clases en planteles educativos.

Los primeros avisos del “corte” fueron considerados prácticamente “fake news”, lo inédito de la medida era la razón de la duda; poco a poco, se tomó conciencia de que era verdadera, y había que prepararse.

Esta semana se reanudará  el servicio, aunque decenas de colonias no padecieron escasez alguna. Es más, hubo zonas en las que la presión del agua fue mayor, como en la Nápoles donde vecinos lo manifestaron.

La sorpresa fue que el mega recorte que  se esperaba como una dura escasez de agua, que paralizará actividades y dificultara o causara incomodidades; fue un corte que no se sintió, el vital líquido estuvo presente en la red y en los hogares.

La etiquetada como crisis por agua, no constituyó un amenaza a la ciudad. Falta esperar el reporte final de la autoridad sobre el impacto económico de la decisión tomada, colonias y zonas afectadas. Así como informar si será una medida necesaria en los próximos años.

Este “corte” puede ser considerado como la primera toma de conciencia masiva,  de la gravedad del problema del agua en la urbe. Lo deseable es que habiéndonos dado cuenta del tremendo problema que acecha a la ciudad, el siguiente paso sea cuidar el agua, racionalizar su consumo, revisar y adecuar  la normativa (leyes, códigos, presupuesto, reglamentos, manuales), abatir las fugas de la red, y garantizar su abasto para todos.

El agua, junto con la movilidad y la seguridad, son los tres principales retos de la CDMX; por supuesto, soy de los que sostengo, que el último mencionado, es el desafío urgente, dado que son las propias cifras oficiales las que alertan del crecimiento del delito de robo a casa habitación. El crimen crece en una ciudad que ha inundado a las zonas con mayor índice delictivo, con más de 150 programas sociales. El orden y la seguridad no pasa por regalar dinero o despensas.

El creciente problema del agua no es nuevo ni menor; la escasez lleva décadas afectando colonias y a las entonces denominadas delegaciones. Desde fines del siglo pasado, se ha denunciado el uso político de exenciones de pago a polígonos con votación perredista mayoritaria. No es temerario afirmar, que ahora serán zonas de Morena las beneficiadas.

El perredismo que abjuró de su militancia y se sumergió en las aguas del Grijalva para seguir al mesías, y obvio - no todo es simple compromiso con la Nueva República - seguir vigentes en la nómina, perdón, en los puestos públicos; son ahora funcionarios en la Roma del lopezobradorismo, son los mismos funcionarios que conocimos amarillos, ahora son rojo marrón.

Ellos, son responsables de resolver los principales retos de la ciudad, llevan 21 años gobernando. La ciudad exige soluciones.