Transformaciones numismáticas de México

Transformaciones numismáticas de México
Por:
  • guillermoh-columnista

La historia de una nación se puede conocer a través de la historia de sus monedas. Por sus cambios numismáticos podemos conocer sus cambios sociales, políticos y económicos.

Antes de la llegada de los españoles, los pueblos de Mesoamérica no tenían monedas tal y como las conocemos ahora. Es decir, no tenían piezas redondas de oro, plata, cobre u algún otro metal que sirvieran como unidades de intercambio con un valor fijo.

El 11 de mayo de 1535 se fundó la primera Casa de Moneda de México. A partir de entonces, cada vez que alguien quisiera hacer una compra o una venta, tendría que usar las monedas manufacturadas en dicha Casa, el papel moneda todavía no existía.

 

“Para la conmemoración del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución se emitió una serie de monedas de cinco pesos en las que aparecieron numerosos próceres de ambas gestas. Son pocos los héroes y heroínas que han quedado fuera de la historia numismática”

 

Durante el periodo virreinal, se manufacturaron toneladas de monedas de oro y de plata, que llegaron a los rincones más remotos de la Tierra. Las que salían por Veracruz, ingresaban a las arcas de la corona Española, que luego las usaba para pagar servicios y adquirir productos en Europa y África. Las que salían por Acapulco servían para adquirir las mercancías que traía la Nao de China, y usaron como moneda de cambio en toda Asia.

A partir de 1772, las monedas incluyeron en una de sus caras el perfil del monarca español. El primero en aparecer en el anverso de la moneda fue el rey Carlos III. En el reverso aparecía el escudo imperial. Este modelo se usó hasta que abdicó Carlos IV. Entonces, la Casa de Moneda tuvo que improvisar un busto imaginario de Fernando VII, en las monedas emitidas entre 1808 y 1810. A partir de 1811 y hasta 1821, el retrato del monarca apareció de acuerdo con la imagen autorizada en la península.

Durante la guerra de liberación los ejércitos realistas e independentistas acuñaron monedas de distintos tipos. La primera moneda oficial del México independiente tenía al Emperador Agustín I en el anverso y el escudo imperial mexicano en el reverso. Con la caída del primer imperio, la moneda mexicana tuvo un nuevo diseño. Entre 1823 y 1824, el anverso tuvo un símbolo de la libertad (un gorro frigio que emana rayos) y el reverso un águila de perfil sin la corona. A partir de 1825, el águila del reverso se retrató de frente, pero el anverso se mantuvo sin cambios. En una república no podía aparecer el busto del gobernante en funciones.

[caption id="attachment_824868" align="aligncenter" width="1186"] Museo numismático Nacional, en una imagen de archivo.[/caption]

En el segundo imperio, las monedas acuñadas entre 1854 y 1866 tenían el perfil de Maximiliano I en el anverso y el escudo imperial en el reverso. Con la restauración republicana se volvió al diseño anterior.

Un dato muy significativo es que, a partir de entonces, no apareció en el anverso de las monedas ningún ser humano hasta 1905, cuando el busto de Hidalgo se grabó en el anverso de las monedas de oro de 5 y 10 pesos. A partir de entonces se consideró correcto que algún prócer del pasado —jamás alguien con vida— estuviera en las monedas mexicanas. En 1942 apareció Josefa Ortiz de Domínguez en las monedas de 5 centavos; en 1955 Juárez en las de 10 centavos; en 1974 Madero en las de 20 centavos; en 1950 Cuauhtémoc en las de 50 centavos; en 1947 Morelos en las de un peso; en 1947 Cuauhtémoc en las de cinco pesos plata 0.900, en 1955 Hidalgo en los 5 pesos plata 0.900; en 1985 Guerrero en las de 20 pesos; en 1972, Juárez en las de 25 pesos; en 1984 Juárez en las de 50 pesos; en 1977 Morelos en las de 100 pesos plata 0.720; en 1986 Madero en las de 500 pesos, y en 1988 Sor Juana Inés de la Cruz en las monedas de 1,000 pesos.

 

“Durante el periodo virreinal, se manufacturaron toneladas de monedas de oro y plata, que llegaron a los rincones más remotos de la Tierra. Las que salían por Veracruz, ingresaban  a las arcas de la corona Española, que las usaba para  pagar servicios y adquirir productos”

 

Para la conmemoración del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, se emitió una serie extensa de monedas de cinco pesos, en las que aparecieron numerosos próceres de ambas gestas, por lo que se podría decir que son pocos los héroes y heroínas, que han quedado fuera de nuestra historia numismática.

Me pregunto si la llamada “cuarta transformación de México” pretende dejar su huella en la numismática mexicana. ¿Habrá algún cambio importante en el diseño de nuestras monedas? Ya se verá.