Una flamante oposición

Una flamante oposición
Por:
  • juan_ramon_moreno

El Presidente electo no esperó a tomar protesta para demostrar el poder que le confirió la elección y la forma en que planea ejercerlo. Morena ya se encargó de publicar en el Diario Oficial de la Federación la prometida ley que regula los salarios de los funcionarios públicos, sin importar que el texto contenga errores y que las consecuencias de la nueva disposición no son muy prometedoras.

AMLO ya hizo una consulta, bajo los términos que quiso, para llegar a la conclusión que tenía desde hace años: a dos meses de llegar a la Presidencia, borró del mapa un megaproyecto de miles de millones de pesos, cueste lo que cueste y le pese a quien le pese. Mientras tanto, los dos partidos que deberían ser oposición están perdidos en sus propios laberintos, incapaces de asestar un solo golpe al nuevo gobierno.

Mientras Morena y AMLO preparaban la consulta sobre el NAIM, el PAN se preocupaba por promocionar su elección interna: Cortés y Gómez Morin aparecían en medios, cada uno, sólo para (mal) argumentar por qué su oponente es peor que él. Cuando tocaban el tema del contexto político nacional, era para concluir “y por eso yo tengo que dirigir al PAN”. En cuanto al PRI, la prioridad parece ser cubrirse las espaldas y agazaparse mientras pasa la sequía.

Pensemos un momento qué hubiera pasado si se intercambiaran los roles. Imaginemos que AMLO estuviera por terminar su sexenio y un Presidente electo del PAN o del PRI hiciera una consulta a modo para suspender un proyecto necesario y planeado, aunque ya llevara un tercio de avance y cancelarlo fuera más costoso que terminarlo. ¿Qué haría Morena comportándose como oposición? Se movilizaría, presionaría y pondría su resto sobre la mesa para defender su proyecto. “No nos lo van a cancelar así nada más”, diría el Presidente AMLO en algún acto con simpatizantes.

La elección a la alcaldía de Monterrey es la muestra clara de que el PRI y el PAN no están sabiendo jugar en la arena nacional y se refugian en la política local. Mientras Morena y AMLO muestran que tienen la capacidad para borrar de un brochazo el marco institucional que ha costado años construir (que quieran o no hacerlo, ya se irá viendo), los dos partidos de oposición se pelean entre ellos para ver quién se queda con una alcaldía. No les preocupa la pérdida de miles de millones de pesos asociada al NAIM, no les alarma que haya intenciones de tocar las reservas del Banco de México y de quitar la autonomía a algunos órganos reguladores federales, ni les inquieta que cualquier reforma constitucional (cualquiera) esté al alcance de la mano del nuevo Presidente. A ellos lo que les preocupa es quedarse con una alcaldía. Así su visión de Estado.