Veracruz; infeliz, infeliz, infeliz

Veracruz; infeliz, infeliz, infeliz
Por:
  • Carlos Urdiales

El 19 de abril ocurrió la masacre de Minatitlán en Veracruz. En el bar “Los Potros” 14 personas fueron asesinadas mientras festejaban un cumpleaños, los sicarios llegaron, preguntaron por La Becky, la administradora del bar, y comenzaron a disparar.

Las autoridades dijeron que el tiroteo fue por la disputa territorial entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Zetas. Una de las víctimas fue un bebé al que le siguieron disparando cuando se encontraba en el suelo.

El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, realizó una reunión de emergencia. El grupo de seguridad activó un operativo para dar con los responsables. Prometió que no habría impunidad y criticó el trabajo de la Fiscalía General del Estado que encabeza Jorge Winckler.

161 días después, en Coatzacoalcos, a 23 kilómetros de Minatitlán, ocurrió otra masacre en Veracruz.

Cuatro personas entraron al filo de las diez de la noche al bar “El Caballo Blanco”, dispararon contra los asistentes, rociaron gasolina al lugar, le prendieron fuego y bloquearon la salida para que los que no murieran por bala, lo hicieran por flamas y humo. Huyeron sin dejar rastro: 28 muertos y 11 heridos es el saldo hasta el momento.

El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, convocó a una reunión de emergencia. Viajó de madrugada a Palacio Nacional. El grupo de seguridad activó un operativo para dar con los responsables. Aseguró que no habrá impunidad y criticó el trabajo de la Fiscalía General del Estado que encabeza Jorge Winckler.

Hasta el cierre de esta columna, la información va y viene entre contradicciones y desmentidos de autoridades locales y federales. En Coatzacoalcos se registra desde inicios del año una disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Zetas por el control del narcomenudeo y el cobro de piso a bares.

Según Cuitláhuac García el propietario del bar fue secuestrado antes de la masacre. De acuerdo con otras versiones al dueño lo decapitaron antes. Sin precisión, impera la confusión. La constante es la disputa entre el gobernador García y el fiscal Winckler.

Veracruz quizá no esté feliz, feliz, feliz; no puede estarlo. México tampoco es indolente. Carecemos de blindaje contra semejantes ráfagas informativas (todavía sin control oficial, como el diputado del PT Oscar González Yáñez pretende para blindar a la 4T de los críticos embates neoliberales).

Falta de medicamentos para niños con cáncer minimizada por el secretario de Salud, Jorge Alcocer. Descuartizados en Uruapan, un coronel asesinado en Michoacán. Soldados (por la mañana) y guardias nacionales (por la tarde), vejados por turbas impunes y empoderadas. Masacres que hacen mella en el ánimo social constituyen el dato (otro) que no mide bien la mercadotecnia política de turno al bate.

Especialistas advierten que la descomposición social que viene de años se perpetúa por la falta de políticas públicas transexenales. Reinventar al país no lo hace, en automático, uno más feliz, feliz, feliz.