Después de superar una lesión que frenó su carrera de golpe en el año 2021, el clavadista mexicano y doble medallista olímpico Germán Sánchez “Duva” se prepara para retirarse de los clavados, pero antes regresa a competir con la intención de clasificar a los siguientes Juegos Olímpicos e intentar ganar una última medalla; todo el proceso de preparación y reflexión por el que pasó el atleta, quedó capturado en el documental “Duva”, dirigido por el joven cineasta Jonathan Álvarez y parte de la Selección Oficial en Competencia del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).
En entrevista para La Razón desde tierras tapatías, el director habló sobre diversos detalles de su ópera prima. Para comenzar la charla expresó que “no podría estar más emocionado, lo hicimos con todo el cariño, inició como un proyecto estudiantil para mi especialización en la escuela y nos dimos cuenta de que teníamos algo muchísimo más valioso”.

Sobre cómo surgió la idea de su documental, el realizador compartió que “unos meses antes de entrar a la especialidad había hablado con una amistad en común entre Germán y yo, pero en ese momento yo no sabía nada de él y esa amistad me habló de cómo es el proceso de un atleta para llegar a Juegos Olímpicos, es algo muy intenso y pocas veces se muestra en medios, ahí se me ocurrió hacer esta película para capturar qué pasa en realidad en la cabeza de un deportista, teniendo esta presión de tratar de llegar a la mayor competencia en su disciplina”.

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“Cuando conozco a Germán, que además es cuando la historia se vuelve mucho más interesante, la película empieza con este deseo un poco egoísta de decir yo quiero ser la persona que haga la película del atleta que contra todo pronóstico logra llegar a Juegos Olímpicos y la rompe por última ocasión, pero en cuanto empiezo a convivir con él me encuentro con matices mucho más preciosos, conforme avanzaron los meses en realidad no sabíamos qué iba a pasar, pero sí sabía que algo bello podíamos sacar de esta película que estábamos haciendo con reflexiones muy interesantes”, agregó.
“Buscaba que Germán no le hablara solo a la cámara, sino que me hablara a mí detrás de la cámara para que él se sintiera más orgánico, también decidí que no hubiera un proceso exhaustivo de investigación y de entrevista con Germán antes de empezar, sino que todo fuera muy espontáneo, yo iba dos veces a la semana durante cuatro horas al día con él, sin ninguna escaleta ni nada y esperando que en esta construcción de la relación con Germán fuera él mismo teniendo la confianza no solo con la película, sino conmigo para contarme todo tipo de cosas”, contó sobre su proceso creativo.

“Yo no quería que la nuestra fuese una dinámica muy condescendiente de yo vengo a estudiarte y cuéntamelo todo, sino una relación de confianza donde él se sintiera cómodo contando ciertas cosas y afortunadamente se construyó una especie de relación en la que ya lo siento a él como un hermano mayor. Cuando por fin Germán pudo ver la pieza final y lo que nosotros pudimos ver en su vida ya retratado en forma de película, él tuvo una recepción muy emocional y muy bella, él pudo ver en pantalla un momento crucial de su vida y yo pude hacerle honor a esos momentos que él vivió”, finalizó.
cehr