Migrante narra a La Razón su experiencia para llegar a EU

Polleros cobran por adelantado, dan “claves” y dejan a los que se cansan

Hondureño dice que los traficantes de personas no esperan a nadie: si se enferman, lo abandonan; muchos pagan la mitad, para asegurar que los lleven a su destino, añade

El chofer del tráiler donde murieron los migrantes se hizo pasar como víctima para evadir a las autoridades.
El chofer del tráiler donde murieron los migrantes se hizo pasar como víctima para evadir a las autoridades.Foto: Especial
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Un migrante que ha sido transportado por traficantes de personas a Estados Unidos explicó que contactan a estos llamados coyotes por medio de conocidos, “de boca en boca”, y destacó que tienen que ir con uno de ellos durante su recorrido.

Al exponer el modus operandi con el que actúan los también llamados polleros, manifestó: “Para llegar a la frontera norte tienes que darle un código, le dicen ‘clave’, a la persona que te va cruzar. Debes pagarle para que te cruce, pero en el momento que se complica o alguno de nosotros se pone mal en el desierto, te abandonan, no te esperan; por eso, muchos mueren en el intento.

“La idea es llegar a un punto donde te van a transportar, por ejemplo, en un tráiler o en carros particulares”, expresó el hondureño, que pidió mantenerse en el anonimato.

Accesible a conversar con La Razón, abundó que primero es pasar por una travesía “muy fea”, porque el desierto tiene un clima extremo, con demasiado calor y frío, dependiendo de la época del año.

Tienes que darle un código, le dicen ‘clave’, a la persona que te va cruzar. Debes pagarle para que te cruce, pero en el momento que se complica o alguno se pone mal, te abandonan

Testimonio anónimo, Migrante hondureño

Detalló que, cuando los migrantes fallecen, es complicado para las familias recuperar el cuerpo, y el dinero que dieron para lograr el sueño americano se esfuma.

“Los coyotes cobran de cinco mil a diez mil dólares… es un dineral. Un amigo está buscando a su hijo; el chico le pagó al traficante 10 mil dólares para que lo llevara a Florida, pero tiene varios meses desaparecido; su papá no sabe nada de él”, narró.

Señaló que, generalmente, pagan primero la mitad y la mayoría, que cuenta con familiares en Estados Unidos, al llegar liquidan el resto.

“Por eso a muchos no los abandonan… Lo mejor es no darles todo el dinero para que ellos te lleven a tu destino. En una ocasión, un traficante dijo que si alguien se sentía mal lo dejaría; que no íbamos a perder el tiempo.

“En esa ocasión había una muchacha con su niño y estaban muy cansados; entonces, la dejaron, y supuestamente otro ‘coyote’ la iba a recoger, pero desconozco qué ocurrió”, relató.

Antes era diferente: uno no tenía nexos con los cárteles; cruzabas a la gente por una ruta que conocías, ahora los llevan hacinados en camiones y terminan asfixiados

Testimonio anónimo, Expollero

Dijo que los coyotes, también conocidos como polleros, no tienen sentimientos y lo único que quieren es dinero, aunque su servicio es casi obligado.

“Incluso, a un amigo le tocó echarle tierra a un compañero para que no se lo comieran los animales… Es algo muy fuerte y, ¿qué haces? No puedes hacer nada, nadie te hace caso”, agregó.

Consideró que, en su mayoría, los traficantes son de Sonora y de Chiapas, pero hay de todo, aunque puntualizó que el crimen organizado es el que opera el tráfico de migrantes.

Abundó que los polleros cuentan con una red de telecomunicaciones, tienen radios y saben manejar las coordenadas.

“Estos sujetos no se mandan solos. Antes no estaban involucrados con la delincuencia organizada, pero ahora los mismos criminales ya no lo permiten… También se les conoce como mulas, pero esa palabra está más asociada para los que llevan droga”, explicó.

Expresó que la comunidad migrante debe ser persuasiva y prudente de buscar a alguien que los va a cruzar, porque “actualmente puedes caer en manos equivocadas, con gente que te robe. Las mujeres pueden ser violadas o, en su caso, hasta secuestradas”.

El migrante hondureño refirió que algunos coyotes hacen toda la ruta completa, otros los acompañan hasta cierto punto y luego les indican el camino a seguir; en ocasiones los esperan en lugares estratégicos otros sujetos que los ayudan a continuar con la travesía.

Recordó que hay traficantes a nivel internacional que transportan las caravanas y van pasando por las ciudades; entonces, deben pagar cuotas.

“No es un problema solamente de México… Y luego nos mandan a los de la Guardia Nacional para perseguirnos como si fuéramos delincuentes… Es muy raro que detengan a los polleros, hay mucha colusión, pero en nuestro caso sólo queremos llegar con la familia o tener una mejor vida”, finalizó.