Jorge Traslosheros, especialista en temas de religión, comentó que, debido a la amplia heterogeneidad de posturas entre los cardenales, el Concilio Vaticano II no permitiría una supuesta y pretendida intención de Estados Unidos de influir en el Cónclave.
“No tienen la menor idea de quién es el Papa”, señaló Traslosheros, en entrevista en el programa Al Mediodía con Solórzano.
Advirtió que el desconocimiento sobre las dimensiones políticas de una figura como el Papa Francisco ha llevado a ignorar las propias reglas del Estado católico.
“Lo que vemos hoy es más una estrategia publicitaria que una influencia real”, dijo el analista. Los cardenales van a elegir a un Papa católico, no al candidato de Trump, dijo.
Tal pluralidad se traduce en que serán 135 los cardenales encargados de designar al próximo líder de la Iglesia, un grupo diverso. Este cuerpo electoral, integrado por representantes de 71 naciones, evidencia una ampliación del panorama geográfico. Aunque muchos de ellos fueron convocados al Colegio Cardenalicio por el propio Francisco, existen posturas contrastantes sobre el rumbo que debería tomar la Iglesia.
El experto propuso una explicación viable para la presencia de Trump en el sepelio del Papa: hacer un movimiento publicitario para él y su estado: “es las ganas de un narcisista de sentirse dueño del universo”, comentó.
Un intento que se suma al de febrero, cuando Trump participó en el Desayuno Nacional de Oración, un evento tradicional en Washington D.C. donde líderes políticos y religiosos se reúnen en torno a un mensaje de unidad espiritual. En esa edición, el presidente aprovechó el espacio para anunciar la creación de un grupo de trabajo cuyo objetivo, según dijo, sería “detener inmediatamente todas las formas de ataque y discriminación anticristiana en el gobierno federal”.
Esta intervención contrastó con las políticas de inclusión promovidas por administraciones anteriores, y fue vista por analistas como parte de su estrategia para reafirmar su base religiosa conservadora.