Ataque israelí mató a 50 personas

Gaza: civiles mueren en busca de alimentos

El sistema de distribución, impuesto tras el levantamiento parcial de un bloqueo de tres meses, ha estado marcado por incidentes letales casi a diarios.

Mujeres lloran la muerte de familiares, luego de ataques israelíes, ayer.
Mujeres lloran la muerte de familiares, luego de ataques israelíes, ayer. Foto›Reuters

Un ataque israelí mató a 50 personas ayer en la Franja de Gaza, muchas de ellas trataban de obtener comida en medio de un sistema de distribución fuertemente cuestionado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El Ministerio de Salud palestino informó que 23 fallecieron cerca de un centro de ayuda en Rafah, operado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), un organismo respaldado por Estados Unidos y custodiado por tropas israelíes.

El sistema, impuesto tras el levantamiento parcial de un bloqueo de tres meses, ha estado marcado por incidentes letales casi a diarios. Desde su implementación, cientos de personas han muerto o resultado heridas al intentar alcanzar alimentos. Los tiroteos más recientes, según testigos, comenzaron cuando miles de palestinos se acercaron a los centros antes de su apertura programada.

Naciones Unidas ha rechazado este mecanismo, calificándolo de “letal”, afirma que vulnera principios humanitarios y representa un peligro tanto para civiles como para el personal en campo. Philippe Lazzarini, jefe de UNRWA, subrayó que muchos mueren al intentar acceder a comida “de un sistema de distribución letal”.

  • El Dato: Israel ha reconocido ocasionalmente que las tropas han abierto fuego cerca de los centros de ayuda humanitaria, al tiempo que culpa a militantes de provocar la violencia.

Aunque la GHF asegura haber repartido millones de comidas sin incidentes en sus sitios, organizaciones como Médicos Sin Fronteras y el Consejo Noruego para los Refugiados sostienen que Gaza atraviesa su periodo “más oscuro y aterrador”. La escasez de ayuda y el corte de comunicaciones han dificultado el acceso a la atención médica y aumentado el temor de que trabajadores humanitarios y civiles mueran sin poder ser socorridos.