DESDE EUROPA

Comienzan las negociaciones de cara a la elección del nuevo Papa

Héctor Badillo. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Héctor Badillo. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

Hay dos grupos dentro del Conclave que definirán si se continúa con las reformas dentro de la Iglesia Católica propuestas por el Papa Francisco o si se da un giro de 180 grados.

Con el entierro del Papa dan inicio las rondas de conversaciones para definir quién será el próximo líder de la Iglesia, un papel que tiene un gran peso no solo religioso, sino también político.

Los primeros días de mayo se va a celebrar el esperado Cónclave, la reunión de los cardenales de la Iglesia Católica para elegir al Papa. Independientemente de quién quede al frente, son dos visiones las que están en juego.

Una es darle continuidad de apertura que hizo el primer Papa latinoamericano, que criticó la riqueza desmedida, arropó a los pobres y defendió a los migrantes, luchó por la paz y por el pueblo palestino, abrió las puertas para que las mujeres ocupen cargos eclesiásticos importantes, reconoció y pidió perdón por los casos de pederastía en el seno de la iglesia y por los excesos cometidos durante la conquista de América en nombre de la religión.

Del otro lado está el ala más conservadora de la Iglesia, los que quieren poner freno a las reformas de Francisco. Uno de los cardenales más conservadores Gherard Ludwig Müller se atrevió a decir en una entrevista con un medio británico que el argentino fue un pontífice hereje y se deben desechar los cambios que propuso Jorge Mario Bergoglio.

La elección del Papa Francisco fue un salvavidas para enfrentar los cambios mundiales y acercarse a los más jóvenes. Un intento de renovación a una institución que se mantiene antigua, sumamente conservadora y llena de abusos.

Francisco tuvo que remar contra corriente. En dos ocasiones durante su liderazgo recibió dos cartas enviadas por el grupo de cardenales más conservador, donde cuestionaron la decisión de dar la comunión a las personas divorciadas que se vuelven a casar por la Iglesia Católica.

En la segunda misiva mostraron su rechazo a las decisiones más polémicas del Papa Francisco, respecto al reconocimiento de las parejas homosexuales y la apertura a que las mujeres ocupen cargos en la ordenación sacerdotal.

Por esta y otras propuestas Francisco fue un Papa muy criticado por la derecha y la ultraderecha europea, que insisten en el retroceso social y el ataque en contra de los migrantes y las minorías. Políticos españoles dijeron públicamente que el Papa latinoamericano no tiene derecho a pedir perdón en nombre de la iglesia por los abusos durante la conquista.

Por todo lo anterior parece complicado que se continúe con el legado del Papa Francisco, cuando en Europa y Estados Unidos la ola conservadora ha crecido en ambos continentes; sin embargo, la Iglesia necesita cambiar si quiere permanecer vigente.

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