Carlos Olivares Baró

Dos grandes pioneros del jazz: Beiderbecke y Hawkins

LAS CLAVES

Carlos Olivares Baró*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Carlos Olivares Baró
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El jazz se sustenta en las raíces de varias concordias rítmicas y melódicas afronorteamericanas. La mayoría de los especialistas afirman que aparece a finales del siglo XIX en los Estados Unidos (Nueva Orleans, Memphis, Kansas City, Dallas, San Luis...); hoy tiene presencia en todo el mundo. Las cronistas aseveran que fue el 6 de marzo de 1913, en un artículo del tabloide San Francisco Bulletin, donde por primera vez se hace referencia al término jazz para comentar la música que interpretaba una orquesta del ejército. Asimismo, el primer fonograma que contiene música de jazz fue grabado por la Original Dixieland Band en 1917.

Género musical que no sigue de manera formal una partitura: los instrumentistas apelan a la improvisación y a la ‘libre interpretación’ desde la propuesta de compases conocidos en el marco de patrones armónicos comunes: la imaginación adereza y altera, a través de la inspiración, el tema inicial y nace la pieza jazzística. Generalmente, un solista (trompeta, saxofón, flauta...) acompañado por una sección rítmica (batería, bajo/contrabajo) y sección armónica (piano, guitarra...) protagonizan las glosas del jazz, que puede ser elucidado tanto por solistas como por duetos, tríos, cuartetos, quintetos, sextetos, combos, ensambles o las big bands, completadas por muchos músicos.

De los blues campestres a las vertiginosas orquestas de swing; de los sentimentales cantores de baladas a los animosos improvisadores enclavados en las franjas territoriales del sur de Estados Unidos y extendidos por La Habana, Río de Janeiro, París, Bombay, Londres, Buenos Aires, San Juan o Ciudad de México: el jazz ha sido la banda sonora de más presencia en todo el mundo: se ha desplegado junto con el desarrollo de la cinematografía, la radio, la televisión, los bailes, la moda, la gastronomía y la literatura en derivación de una categórica e influyente industria discográfica.

¿Quiénes son los primeros grandes creadores del jazz? Hoy quiero compartir con los tres o cuatro leales lectores de estas Claves sabatinas las reseñas de dos extraordinarias figuras fundadoras de la música sincopada.

Bix Beiderbecke (Iowa, 1903-Nueva York, 1931). Uno de los cornetistas más acreditados en la historia del jazz. Dueño de una tonalidad perfecta en despliegue de notas sobrias bien insertadas en el tempo en fraseos limpios y acompasados. Integrante de los Dick Voynow’s Wolverines, donde realiza grabaciones históricas. Con la banda Bix and His Gang registra entre 1927 y 1928 varias piezas consideradas entre las más importantes grabaciones para la corneta de jazz.

Coleman Hawkins (Misuri, 1904-Nueva York, 1969). Sax tenor, clarinete y sax bajo. El primer gran saxofonista tenor del jazz. Inicia carrera en Kansas City en los años 20. Miembro de Fletcher Henderson’s Orchestra, donde ejecutaba el clarinete y el saxo bajo. En los 30 hace gira por Europa hasta que en los 40 funda su propia banda. Maestro en la edificación de cadencias en un despliegue de singulares conformes. Sorprendente dominio de la armonía en registros de una sonoridad de atajos diametrales en la improvisación. Dejó un legado de miles de grabaciones entre las cuales destaca el álbum Body and Soul (1939).

Body and Soul
Body and Soul
Body and Soul
  • Artista: Coleman Hawkins
  • Género: Jazz
  • Disquera: Bluebird