Un nuevo episodio de crispación se está viviendo entre México y Estados Unidos por la reforma eléctrica y las posibles violaciones a las obligaciones básicas de nuestro país con el Tratado de América del Norte.
Encontronazos que, afortunadamente y por ahora, no han calado en otros ámbitos como la seguridad nacional.
¿Sabe por qué se lo cuento? El vecino del norte y nuestro país tienen infinidad de acuerdos, entre ellos se encuentra uno en el que Estados Unidos capacita en identificación y rastreo de drogas sintéticas a elementos de fuerzas federales de México.
Altán, competencia sucia en celulares
Lo anterior ante el aumento de la capacidad de las organizaciones criminales y los cárteles del narcotráfico de evadir a las autoridades aduaneras marítimas en el ingreso desde Asia de precursores químicos para la elaboración de drogas sintéticas.
¡Toma tómate! Fuentes aduaneras me contaron que las organizaciones criminales se han visto obligadas a buscar alternativas químicas a los nuevos controles innovando en sus métodos, es por eso que los agentes gringos están dando apoyo a las autoridades mexicanas para reconocerlas.
En este acuerdo también se brinda asistencia legal para incautar estas sustancias, así como presentar cargos penales o civiles. Estados Unidos patrocina capacitaciones y conferencias para promover el conocimiento de estas drogas sintéticas y las tendencias de las incautaciones, además apoya a los laboratorios de química forense para mejorar las investigaciones criminales relacionadas con los opioides sintéticos y sus características.
La misión, interrumpir la cadena de suministro de precursores químicos utilizados para fabricar dichas drogas. En China hay aproximadamente 160 mil empresas químicas y los fabricantes de drogas ilícitas obtienen productos que después trasladan a México.
Se tiene en la mira a tres puertos del Pacífico: Lázaro Cárdenas, Mazatlán y Manzanillo. Los esfuerzos federales y este tipo de colaboración han conseguido, hasta ahora, el desmantelamiento de 127 laboratorios clandestinos para elaboración de drogas sintéticas. En Sinaloa 54 laboratorios, en Michoacán 19 y en Jalisco 14.
Todo esto mientras el gobierno comandado por el presidente López Obrador, ha iniciado una cruzada por imponer a como dé lugar su reforma eléctrica.
Es decir, este esfuerzo de colaboración del Gobierno de Estados Unidos contrasta con la poca consideración del Gobierno de México para que sean escuchadas las inquietudes y las dudas de los empresarios estadounidenses sobre la reforma eléctrica, y con la asistencia que brindan también los gabachos para la modernización de las aduanas fronterizas en busca de frenar el tráfico de armas hacia México.
El interés del Gobierno de Estados Unidos para apoyar a México obedece a que la droga sintética tiene como destino final ese país y buscan contener el ingreso de fentanilo y metanfetaminas. ¿Y si Estados Unidos algún día frena la asistencia si no encuentra reciprocidad del gobierno del Presidente López Obrador? No todo es dar sin recibir.
Basta por hoy, pero el próximo lunes, regresaréeeee.