Escaló el conflicto de México con Ecuador tras la expulsión de la embajadora de México, a la que siguió la ruptura de relaciones por la irrupción policiaca del gobierno de ese país a la sede diplomática mexicana y el enfrentamiento entre los presidentes de ambos países, Andrés Manuel López Obrador y Daniel Noboa, que ya motivó reclamos del mandatario mexicano a sus homólogos de Estados Unidos y Canadá por la “ambigüedad” en pronunciarse ante la violenta actitud ecuatoriana.
Declaraciones del Ejecutivo federal al poner en duda la legitimidad de la elección de Noboa, tras el asesinato del entonces candidato Fernando Villavicencio, atribuido a los cárteles mexicanos que operan en Ecuador, motivaron severos reclamos del gobierno sudamericano, sumados al violento rescate del exvicepresidente Jorge Glas, refugiado en la embajada mexicana desde diciembre, como “perseguido político”, no obstante haber sido condenado por peculado, desataron esa tormenta diplomática.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Altán, competencia sucia en celulares
El Presidente López Obrador reprochó en su mañanera de ayer lo sucedido en el primer debate de las candidatas y el candidato a sucederlo, criticó las referencias de Xóchitl Gálvez a que la corrupción siga imperando en el país y hasta tildó de “tendenciosa” la pregunta que sobre ese tema hiciera Denise Maerker a Claudia Sheinbaum, y coincidió en expresar su desacuerdo con el formato del mismo.
Sin embargo, ante la oleada de críticas a éste, a la que se sumó el Presidente, el INE respondió que no se harán cambios al formato de los dos próximos debates acordados, por falta de tiempo para ello y sólo se harían algunas modificaciones mínimas, lo que significará que más que confrontación de propuestas, habrá lluvia de preguntas.
Como consecuencia de lo sucedido la noche del domingo en el INE, en el que su participación distó de lo que los dirigentes de los partidos que la postulan y sus muchos simpatizantes esperaban, Xóchitl Gálvez acudió ayer acompañada de ellos a solicitar que el organismo electoral ordene suspender las conferencias mañaneras del Presidente López Obrador porque en ellas “se ha dañado su imagen”.
También solicitó que el árbitro electoral —en el que dijo que sigue confiando en su buena fe— difunda una campaña para que les quede claro a los electores que los programas sociales no pertenecen a ningún partido, a lo que los consejeros le informaron que a partir del próximo domingo se inciará una, aun cuando no se precisó cuál será.
Y es que la engañosa cantaleta que los “servidores de la nación” que recorren el país repiten a posibles votantes, es que si no gana Morena esos programas serían cancelados por la oposición.