Gabriel Morales Sod

La conspiración detrás del ataque al Capitolio

Sod VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Gabriel Morales Sod
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El comité del Congreso estadounidense que investiga los ataques al Capitolio en 2021 ha revelado nuevos e increíbles detalles sobre el plan del expresidente Trump para revertir los resultados de la elección del 2020 y quedarse en el poder. Aunque era ya de conocimiento público, desde el fatídico 6 de enero del 2021, que el presidente rechazó los llamados de su staff y familia para detener el ataque al Congreso, las investigaciones han revelado que sus acciones fueron mucho más allá de eso y que el ataque no fue sino la culminación de una conspiración entre el expresidente y algunos de sus allegados para terminar con la democracia del país más poderoso del mundo.

El plan de Trump, que comenzó tan sólo unas horas después de su derrota en noviembre del 2020, consistió en una serie de acciones bien planificadas que, en paralelo, tenían un claro objetivo conspirativo. Aunque muchos de sus asesores más cercanos, y miembros de su familia, se negaron a participar en esta conspiración, Trump pronto encontró miembros entre su staff, en particular el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, y una serie de abogados desconocidos, quienes entusiasmados se unieron en su propósito de dar un golpe de Estado. La primera parte del plan, según los testimonios y resultados de las investigaciones del comité, consistió en presionar a las autoridades electorales y a las cámaras legislativas de estados donde Trump perdió por un pequeño margen. Con el pretexto de que la elección había sido fraudulenta, y a pesar de no contar con ninguna prueba, el expresidente usó su inmenso poder y popularidad entre el electorado republicano para presionar a esas autoridades a declarar un fraude electoral y dejar que los congresos locales eligieran a nuevos representantes de estos estados ante el colegio electoral. A pesar de la enorme presión, el plan no logró su objetivo.

La segunda parte del plan consistió en presionar al exvicepresidente Mike Pence para rechazar el proceso de certificación electoral, algo inédito en la historia del país, con el pretexto de un supuesto fraude. Después de docenas de llamadas, mensajes y amenazas a Pence y a sus asesores, el vicepresidente se opuso al plan, desatando la ira del presidente y de sus seguidores. Es por eso que el día del ataque, entre el público, se escuchaban gritos que llamaban a colgar a Mike Pence.

La tercera parte del plan maestro era el ataque al Capitolio. Decenas de testimonios han demostrado no sólo que el presidente sabía que el ataque podría ocurrir sino que, después de llamar públicamente por Twitter a sus seguidores a ir al Capitolio, y a sabiendas de que sus seguidores estaban armados y eran violentos, ignoró las súplicas de sus asesores por detener la marcha. Cuando le mencionaron a Trump las amenazas del público a Pence, el entonces presidente respondió, “se lo merece”.

Antier, en la revelación tal vez más impactante del comité, una exasesora del jefe de gabinete de Trump relató cómo éste no sólo se negó a condenar la violencia, sino que, atacando a su propio chofer, trató de dirigirse personalmente hacia el Capitolio y unirse al ataque. El trabajo del comité ha sentado las bases para que el Departamento de Justicia presente cargos al expresidente por tratar de revertir los resultados de la elección y planear un golpe de Estado. En las próximas semanas sabremos si se iniciará un proceso judicial contra Trump; sin embargo, el comité ha revelado ya lo que muchos sospechaban: la existencia de un plan siniestro para convertir a Estados Unidos en una dictadura.