Jacqueline L'Hoist Tapia

La numeraria LGBTTTI+

HABLANDO DE DERECHOS

Jacqueline L'Hoist Tapia*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jacqueline L'Hoist Tapia
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Yo soy de esas aliadas al movimiento de la diversidad sexual y de género, que ha marchado durante muchos años, y siempre he pensado que marchamos más personas que las que realmente dicen que fuimos. En esta ocasión hubo un hecho que no se puede pasar desapercibido, por primera vez quien está al frente del gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, asistió a la marcha y, aunque llegó casi hora y media tarde, lo que causó mucha molestia entre varios colectivos ya que tuvieron que esperarla para que diera su mensaje, sin avanzar y tener que aguantar apretones, se reconoce la importancia de su presencia.

Y es que el reconocimiento a la diversidad sexual y de género aún es un tema en deuda en muchos países del mundo. Hoy en día, de los 195 países que existen en el mundo, sólo 33 han aprobado el matrimonio igualitario. En Latinoamérica, 7 lo han reconocido a nivel nacional y en el caso de México, sólo seis entidades federativas no lo han aprobado en sus códigos civiles. Además de que en 17 entidades existe reconocimiento a las identidades de género. De acuerdo con el INEGI, en la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y Género, en México existen aproximadamente 4.6 millones de personas mayores de 15 años con diferente orientación sexual a la heterosexual. 908.6 mil personas se identifican con la identidad de género trans y el total de la población que se considera como parte de la comunidad LGBTI+ son 5 millones de personas.

Desafortunadamente aún existe discriminación, pues teorías falsas como que es una enfermedad, o como sucede con las mujeres Trans en donde feministas no las reconocen como mujeres, ocasiona entre otras cosas, que estén en mayor situación de vulnerabilidad, pues de acuerdo con ONUSIDA, el riesgo para ellas de contraer el VIH es 34 veces mayor. Es por eso, que debemos reconocer que la discriminación y la exclusión aumentan el nivel de exposición a la violencia de mujeres trans y lesbianas, además de provocar crímenes de odio, convirtiéndolas en factor fácil para redes de trata y tráfico de personas, por otro lado, también impiden que muchas tengan acceso a servicios de salud y vivienda básicos, haciendo que la esperanza de vida de muchas mujeres trans sea de 35 años aproximadamente.

Por otro lado, acciones de discriminación como las terapias de conversión han ocasionado, por ejemplo, que de la población LGBTI+ identificada en México, 28.7% ha pensado o intentado suicidarse, esto es más del doble que el porcentaje de población heterosexual, afortunadamente en México y en muchas entidades federativas esta práctica de tortura está prohibida y reciben sanciones quienes las ejecutan y promueven.

Reconocer estas realidades nos ayuda a entender que no todas las personas somos iguales y está bien, pero eso no nos hace menos responsables de promover una cultura de respeto y tolerancia que ayude a disminuir la violencia y mejore la calidad de vida para todas, como sociedad debemos garantizar la inclusión de todas, todos y todes porque las diferencias nos enriquecen.