Mauricio Flores

Mejor no le mueva Dr. Gatell

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Flores
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Tras la pésima gestión médica de la pandemia de Covid-19 que, derivó en más de 600 mil muertos, del ninguneo al modelo de vacunación infantil y la desarticulación del mismo sistema público de salud, resulta un despropósito de dimensiones épicas que el subsecretario Hugo López-Gatell intente suplantar el ecosistema de Consultorios Adyacentes a Farmacias (CAF) con clínicas de gobierno que ni lejanamente tienen los niveles de atención o suministro que había en el período neoliberal: sin esos 18 mil consultorios privados, el daño de la pandemia hubiese seguramente sido más grave pues los enfermos de afecciones sencillas no habrían obtenido siquiera paracetamol.

Los 18 mil CAF que registra la Asociación Nacional de Farmacias en México (Anafarmex) que encabeza Antonio Pascual Feria y que atiende en primer nivel a la mitad de la población es resultado de la baja calidad y largo períodos de espera de consulta básica que perciben las persona, incluidas las que cuentan con protección del IMSS, a cargo de Zoé Robledo, y en el ISSSTE, encargado a Pedro Zenteno.

Es verdad que no es algo que haya empezado en este sexenio —aunque ciertamente se agudizó— como bien señalan el documento analítico de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 (la última vez que ésta consideró el tema de ese tipo de consultorios médicos) que realizaron los expertos en medicina Arantxa Colchero, Rouselinne Gómez, Luis Figueroa, Alejandra Rodríguez-Atristain, y Sergio Bautista-Arredondo.

Con la prudencia propia de los científicos, los autores exponen datos y advierten los límites de los mismos para no arriesgar conclusiones erróneas (que al parecer son la tónica diaria en el actual régimen). Vaya, registran el meteórico crecimiento de los CAF de 239 unidades en 2001 a 6,518 en 2018… lo cual implicaría que en 4 años casi se triplicaron considerando los datos de la Anafarmex.

Los científicos señalan que entre 2004 y 2010, los años dorados del Seguro Popular, la afiliación creció 10.3 veces al pasar de 4.8 a 50 millones de personas. Sin embargo tal crecimiento no se compensó con aumento equivalente del servicio: “Mientras que el número de médicos y pasantes aumentó ligeramente de 19 a 23 por cada 100,000 habitantes, el número de unidades de medicina general se mantuvo prácticamente igual (10 por 100,000 habitantes)”, y añaden que tampoco aumentaron las unidades de medicina general y menos el número de médicos y pasantes, tendencia que se atenuadamente se mantuvo hasta 2018… en tanto que los “consultorios de farmacia” tuvieron crecimiento constante en tal período.

Y se preguntan las razones específicas por las cuales las personas, incluyendo los adscritos al IMSS, al ISSSTE o a las clínicas Insabi, ahora a cargo de Juan Ferrer, prefirieron la consulta de primer nivel en el sector privado. Una pregunta sensata que habría que resolver antes de siquiera pensar en desmontar los CAF que casi se triplicaron este sexenio y bajo la mirada del secretario de Salud, Jorge Alcocer.

Las taquizas de Razú. A propósito de la réplica que envió Oscar Figuerola, excoordinador de Comunicación Social de la alcaldía Miguel Hidalgo, tal vez a este se le olvide la taquiza que David Razú ofreció en su campaña electoral en mayo de 2015, en su penthouse en el edificio de Minería 88, colonia Escandón, de la CDMX. Le puedo enviar la copia de la entrevista que le hizo mi colega Irving Pineda para que se informe de que ese edificio está más chueco que un plátano, empezando porque el predio fue originalmente invadido por “Los Claudios”, un clan de Asamblea de Barrios. Luego se cedió el espacio a un sorpresivo empresario inmobiliario de origen indio, Rex Mangwani, quien fuera sastre de muchos políticos capitalinos.

Y vaya, conforme a la denuncia de hechos que en enero de 2016 presentó la entonces delegación, a cargo de Xóchitl Gálvez, se demostró la falsificación del manifiesto de obra con el que se informó a Víctor Hugo Romo que se construiría un edificio de tres pisos y 14 departamentos…, pero finalmente construyeron 5 pisos para 32 departamentos de 3 millones de pesos por piocha.

O sea, si el director general de gobierno, la mano derecha, hermano carnal de Romo, no le dijo a su jefe que vivía en un edificio chueco, mal; más peor que Romo —como se le escurrió a Razú con un reportero en las taquizas— haya tenido una oficina/casa ahí a sabiendas de la ilegalidad; y peor tantito, que no haya tenido idea de ello. Por cierto, ¿le suena Osa Menor 161? ¿Les suena Arturo Montes? Al parecer ello es uno de los cónclaves del Cartel de Los Ricos que tiene más propiedades que los nopales. Ya le cuento.