Mónica Argamasilla

¿Qué tipo de lector eres?

LAS LECTURAS

Mónica Argamasilla*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mónica Argamasilla
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Lector es aquel que lee. No importa el género, el tipo de literatura o que tan seguido lo haga, es aquel que goza al sumergirse en una historia y sueña, viaja y aprende con ella; sin embargo, habemos varios tipos de lectores, y cada uno con sus características especiales.

Estamos los lectores obsesivos, los que no podemos vivir sin una lectura y a donde vamos cargamos con un libro (porque no sabemos cuando tendremos cinco minutos libres que habrá que aprovechar). Este tipo de lector termina una lectura y comienza la próxima, no pasa por el llamado “duelo lector”, donde se necesita tiempo para procesar la historia y despedirse de los personajes para dar paso a los nuevos. Estas personas suelen tener pilas de libros esperando su turno para ser leídos ya que visitan las librerías por lo menos una vez a la semana (porque por más que uno lea, siempre será mayor el turno de los libros pendientes para ser leídos).

Existen los disciplinados, aquellos que no dejan un libro jamás, aun cuando no los atrape la historia. Siempre se tiene la esperanza de que la lectura mejore, que los personajes evolucionen o que se produzca un milagro literario que transforme una historia plana en una llena de emoción.

Los hay también aquellos que leen más de un libro a la vez. La lectura tiene que ser variada y leen distintos géneros, a veces novela o a veces un ensayo, cuento o poesía. Se aburren leyendo una sola historia, necesitan pausas para disfrutar, y la alternancia les amplía la mente y aprecian más sus múltiples lecturas.

Tenemos también a los distraídos, aquellos que cada vez que retoman la lectura deben regresarse algunas páginas para recordar de que trata la historia. Como una recomendación personal, nunca se regresen en una lectura, al continuar leyendo, empezamos a recordar y eso ayuda a la comprensión lectora, es un ejercicio que ayuda a la memoria y a la atención. Y así, poco a poco nos daremos cuenta que no hay necesidad de regresarnos, y sin darnos cuenta agarramos el hilo de nuevo.

Existen además, los que son fieles a un solo género, que no salen de su zona de confort, leen únicamente novela negra, histórica, clásicos, poesía o thrillers. Les gusta sumergirse en un solo tema para dominarlo, a éstos los llamo “los expertos”, ya que nadie domina el género como ellos.

Otro grupo que habrá que tomar en cuenta son aquellos que sólo les gusta leer novelas que están de moda, los llamados best sellers. Prefieren disfrutar de una historia divertida, que no sea demasiado compleja, pero que logre desconectarlos del mundo real.

También tenemos al lector “estudioso”, éste se caracteriza por investigar todo lo que rodea la lectura, es decir, desde la biografía completa del autor, la época en que se desarrolla, los datos culturales que se desprenden del tema, en pocas palabras se vuelve un experto en la materia.

Y existen sobre todo los lectores a los que sólo les interesa leer, disfrutar de una buena historia en compañía de personajes con los que se identifique, o simplemente lo hagan pasar un rato agradable. La lectura suele ser un momento de goce, donde los sentidos están puestos al servicio de la lectura.

No importa qué clase de lector seamos, lo importante es tomar un libro, entrar en sus páginas, que nos dejemos atrapar, ya sea por la historia, los personajes, o la belleza del lenguaje. Uno que nos permita viajar, cambiar de época o simplemente vivir emociones nuevas. Por eso, lo importante es recordar que la lectura siempre será una fuente inagotable de saber y de placer absoluto.

Y al final preguntarnos, qué tipo de lector soy yo.