Innovación: El cambio pendiente en la CDMX

HORIZONTE ESTRATÉGICO 

Jorge Añorve*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Jorge Añorve
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

La innovación tecnológica se ha convertido en el pilar sobre el cual descansa el desarrollo económico y social de las ciudades del mundo. Monterrey y Guadalajara sobresalen por su enfoque en innovación empresarial, crucial para asegurar la sostenibilidad económica en un mercado cada vez más competitivo.

Actualmente, con la ayuda del nearshoring, la CDMX está en el umbral de una oportunidad única para abrazar este desafío. La ubicación estratégica, la infraestructura logística, el tipo de cambio, su talento local altamente capacitado en tecnología y un marco de tratados favorables, como el T-MEC, ofrecen un escenario propicio para convertirse en un hub de innovación y emprendimiento de clase mundial.

Sin embargo, históricamente, los esfuerzos por fomentar un ecosistema de innovación en la Ciudad de México han sido insuficientes. Como resultado, la CDMX enfrenta un estancamiento económico evidenciado por el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) del INEGI, que la posiciona como la tercera peor economía estatal a nivel nacional. Una absoluta tragedia.  

Por encima de la escasa atención que se ha prestado a este problema urgente, destaca una reflexión en época electoral. La propuesta de Santiago Taboada, candidato por la alianza "Va por la CDMX", se centra en la implementación de iniciativas destinadas a promover la creación y el desarrollo de empresas, e impulsar la innovación, tanto en entidades gubernamentales como en empresas establecidas.

El objetivo de Taboada es establecer un centro de vanguardia para la innovación y el emprendimiento denominado "Chilango Lab". Este será un catalizador de innovación y emprendimiento en México, fomentando la creación y crecimiento de nuevas empresas, el desarrollo e investigación en innovación para el gobierno y empresas existentes, así como la exportación y el acompañamiento de las mismas. Esto mediante una integración 360 sin precedentes entre universidades, inversores, compañías establecidas, emprendedores, aceleradoras e incubadoras.

Es, sin duda, una iniciativa centrada en un plan de acción para democratizar el acceso a la formación en este campo. Según explicó Taboada, la intención es establecer conexiones entre el modelo de negocio y el financiamiento con el fin de fomentar la creación de más empleos. Esto siempre implementando un riguroso proceso de certificación para garantizar la calidad y viabilidad de los proyectos. Si me lo preguntan, son acciones necesarias y urgentes.

En medio de un entorno económico desafiante, las ideas refrescantes merecen un espacio en el debate. El dilema de la revolución pendiente en nuestra capital es una llamada de atención para examinar detenidamente las estrategias existentes y proponer iniciativas que impulsen nuevos proyectos. Con Taboada y su propuesta de cambio, el lugar prioritario que merece la Ciudad de México como gran epicentro económico puede ser una realidad.

Urge retomar el ritmo y liderazgo ante los otros estados, no sea que en unos años la CDMX sea solo la capital del país. No hay tiempo que perder.