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De la esperanza del impulso a la ciencia, al recorte y la descalificación

Por:
  • julio-vazquez

Con la llegada de la Cuarta Transformación, la ciencia y tecnología se vio castigada. Si bien en el presupuesto 2018, el primero del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se contemplaron 77 mil 314.8 millones de pesos, esta cifra sólo significó un incremento de 0.9 por ciento respecto al último del sexenio anterior, que fue de 76 mil 776.5 millones de pesos.

Aunado a esto, en mayo ordenó a través de un memorando, un ajuste adicional de 30 por ciento en diversos rubros, entre ellos estudios e investigaciones, lo cual desató la inconformidad del sector científico que se manifestó, pues advirtió que dichos recortes implicarían la suspensión, e incluso, la cancelación de actividades sustantivas de investigación, desarrollo tecnológico, formación de recursos humanos, difusión y divulgación de la ciencia.

Además, el Presidente afirmó que en los últimos años se retrocedió: “no se hacía investigación, incluso se bajó el nivel”, señaló en las conferencias mañaneras.

AMLO también señaló que la corrupción al interior del Conacyt de la pasada administración es la culpable de que los recursos no se aprovechen de la mejor manera.

En tanto, la titular de ese organismo, María Elena Álvarez-Buylla Roces, apoyó la acusación del Ejecutivo al indicar que el 48 por ciento de los recursos destinados al organismo en el anterior sexenio, regresó a la IP, mientras que 37 mil 423 millones de pesos se quedaron en instancias públicas.

"Es muy diferente el impacto de austeridad en una oficina que en un laboratorio. Los CPIs atraviesan una situación complicada, seguramente podrán reconfigurarse, pero esto puede representar un freno a la investigación”

Brenda Valderrama

Presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos

El sector científico confiaba en que con la llegada de López Obrador a la Presidencia de la República se le daría impulso al avance científico y tecnológico, pues al menos durante una década había sido castigado presupuestalmente y con la falta de políticas públicas efectivas y de estrategias.

El 22 de agosto de 2018, Andrés Manuel López Obrador, entonces Presidente electo, se comprometió a no reducir el presupuesto y a cumplir con la Ley de la Ciencia, la cual establece destinar el 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y para lograr este objetivo sería necesario un incremento gradual de cuando menos 14 por ciento cada año.

Ante la expectativa del cambio, el mismo día, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue Wiechers, entregó a López Obrador un documento titulado “Hacia la consolidación y desarrollo de políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación. Objetivo estratégico para una política de Estado 2018-2024”, el cual reunió las propuestas de la comunidad científica mexicana, misma con la que López Obrador se comprometió  a tomar en cuenta para elaborar un plan contundente, pero el saneamiento fiscal y los recortes presupuestales  dejaron pendientes los apoyos esperados por los científicos.

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