El gesto perruno que conmueve, producto de un músculo y 33 mil años de evolución
La cara de perro triste, que hacen los canes para que sus amos no los regañen, les brinden atención o los alimenten, es producto de la adaptación y domesticación, pero sobre todo de un músculo que ejercitaron los cánidos para la comunicación gesticular con los humanos. Científicos de las universidades de Duquesne, Carolina del Norte, Howard y Porstmouth demostraron que este grupo facial es el encargado de generar un movimiento que aumenta el paedomorfismo y se asemeja a una expresión que el hombre produce cuando está triste, por lo que puede desencadenar una respuesta de crianza en los humanos. Todas las razas, menos los husky, más cercanos a los lobos, lo poseen.
Gráficos: C. Alejandro Sánchez, Ismael F. Mira, Roberto Alvarado y Luisa Ortega.
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