De héroes y superhéroes
Jorge Medina-Mora E.
La producción de héroes nacionales, los que con sus patrióticas ideas y distinguidas acciones contribuyeron a formar la nación que hoy somos, llegó a su fin en los lejanos años posrevolucionarios. Desde entonces, los personajes que admiramos y a quienes rendimos sentidos homenajes no son del ámbito político-militar, sino principalmente figuras del medio artístico y del espectáculo, claro que en este último van
incluidos los deportes.
Desde mediados del siglo XX las delegaciones y municipios conurbados ya tenían levantada una estatua, busto o plaza consagrada a los héroes clásicos, así que la moda para decorar los jardines públicos cambió a erigir monumentos dedicados a cantantes y gente del cine y la tv
arraigados en el gusto popular.
Como ejemplo, la imagen en turno nos muestra la estatua del Enmascarado de Plata, un auténtico superhéroe mexicano.
Fotografía:En los límites de Tepito, desde el 2006 la mítica silueta del Santo parece estar alerta para defender la justicia y acabar con las momias, zombis, villanos y monstruos que nos acechan
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